Fútbol Nacional

Treinta y tres tonalidades de morado

EscucharEscuchar

¡Ah, con cuánto gozo escribo esta columna! ¡Quisiera tener espacio para 50.000 caracteres, y embarrialarme en un charco de elogios, hipérboles, todo el arsenal retórico que el fútbol enciende en sus hierofantes! Saprissa es campeón en Mi bemol mayor (la tonalidad de la Sinfonía Heroica y el Concierto Emperador de Beethoven), y con un tutti orquestal fragoroso, como las mayestáticas apoteosis sonoras de Berlioz. ¿Que si estoy eufórico? ¡Por supuesto, y no muevo un dedo por disimularlo! No tengo por qué: esta es una columna de opinión, y más que permitido, es deseable que el comentarista proclame sus colores. Soy saprissista, sí, lo cual significa: soy adalid del equipo que, relativamente a su edad (67 años en la Primera División), le ha deparado a sus aficionados más satisfacciones, más preseas, más clamores de triunfo.








En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.