Por alguna buena razón, la de Jonathan McDonald lleva tantos capítulos como la más taquillera de las novelas mexicanas. Algo así como la perversa Cuna de Lobos, que llegó a tener 73 puntos de rating . Ni una final de la Copa del Mundo despierta tanta atención.
Tal vez porque la historia del jugador tiene realismo, drama, dolor y humor. Todo en el mismo menú. Parecido a Betty La Fea , quien, de los desprecios y bromas por su fealdad, pasó a ser el punto de discordia entre dos galanes. En más de 100 países, hombres y mujeres se arrancaron los pelos del bigote, con la metamorfosis de esa bigotuda que terminó siendo mariposa en pleno vuelo.
Aunque no con tanta notoriedad, el capítulo del Mac Zapatazo sí trascendió las fronteras. En varios idiomas, los presentadores de TV reseñaron ese cómico e increíble episodio. Más parecido a uno del recordado Chespirito cuando, vestido de americanista, ejecutó goles de antología, en su película El Chanfle.
Hasta la transnacional de las hamburguesas se “chiveó” con el hombre. Por sus tortas, más grandes que las big mac, el personaje de ficción que, vestido de herediano, promociona el imperio de las comidas rápidas, estuvo por morirse de verdad.
A dos columnistas nos regañaron por mencionar esa asociación que la gente suele hacer entre el tortero de las canchas y el risueño embajador del combo con papitas.
Lo cierto es que la frustración de Jonathan le amargaba los desayunos al presidente manudo. El pinto perdió gusto en su paladar, cada vez que habría el periódico y reafirmaba que el guerrero de la 19 se había convertido en el rey de los memes, por sus bravuconadas, desplantes, zapatazos, y tantas caídas que le recordaban al embustero del Martin Karadagian, en aquellas tardes de Titanes en el Ring .
Don Raúl decidió sacarle la roja. Y cuando todo parecía dispuesto para que volara a otros cielos, dado el rating de la novela, sus patrocinadores decidieron darles vida a nuevos episodios.
Hoy hay un renovado y recargado Mac en la Liga. Es la parte de su redención, del reto por espantar sus demonios y atraer con buenas vibras a su ángel de los goles.
Quiere llegar hasta la Selección. Y su técnico cree posible la metamorfosis del hijo rechazado que se redime, tocado por las musas futboleras. ¡A ver cuánto dura y en qué termina este capítulo! Por ahora todos estamos entretenidos.