El Torneo de Invierno acomoda sus cargas a gusto de los grandes, inamovibles de la cima al cuarto puesto y con los primeros escarceos de bronca en las ruedas de prensa postjuego.
Herediano tomó por asalto el liderato, espoleado por una colección de futbolistas de buen pie que añora más gloria cuando llegue la hora de la cosecha en Navidad.
Medford no gambeteó la oportunidad y ya disparó munición de mediano calibre como si marcara la cancha, acaso para demostrar que también quiere ser el campeón de la diatriba.
Todavía no lanza su megabomba, esa suele reservársela para las instancias de definiciones, como aquella del Verano pasado, previa al último juego de la final, cuando le recetó a McDonald una piscina por su supuesta propensión a tirarse.
En esa línea, quienes se regodean con los cruces verbales entre técnicos añoran el Herediano-Cartaginés de la jornada 9, el 21 de agosto, después de que Hernán se la dejara ir a Giacone y Jeaustin al profe Watson.
Hace una semana ponderábamos la mesura y modales de Jeaustin, pero después de que el técnico blanquiazul detectó veneno en la clásica filosofía de don Carlos por el planteo en Tibás, le espetó un “vendedor de humo” que inauguró un apéndice impensado en el álbum de recuerdos del estratega morado.
Creo que el profe erró el tiro. He invertido tiempo viendo al Cartaginés y Campos viene gestando una estructura de equipo sólido que se la complicará a los otros grandes cuando les llegue de visita, aunque planteará una versión más ofensiva cuando juegue en el Fello Meza.
Ojo con Alvarado, reconvertido como central; Néstor Monge en una versión de mixto sin precedentes, el calvo Mazetti, que mete y mete sin pausa, la devoción por los goles de pizarra y un grandote de área, de apellidos Clunie Asenjo, que si repara menos en el silbido de la grada y más en la jugada que sigue, se perderá de vista pronto.
Palabras pasadas de tono al margen, el torneo empieza a cautivar por méritos propios entre pasajes de muy buen nivel del Herediano, reacciones heroicas como el Liga 2 Pérez 1, la contundencia goleadora de Saprissa afuera y esa estructura monolítica que va perfilando Jeaustin en Cartaginés.
Del lote que persigue atrás rescato la dignidad de San Carlos, para intentar sumar siempre jugando bien, la promesa permanente del Santos con Johnny Chaves –¿cuándo se le hará?– y la ordenada y académica UCR de Farinha, que si buscara el partido cuando la cosa está 0-0, desbancaría a uno de los de arriba.