De pronto, me quebré el coco para titular mi columna de hoy con el conocidísimo refrán de las cuentas claras y el chocolate espeso. Sin embargo, sirva la obviedad para referirme a la inexplicable demora del grupo Horizonte Morado de convocar a la asamblea de socios del Deportivo Saprissa, rendición de cuentas que se viene postergando desde el 2015, cuando esa organización presentó los registros financieros del 2013. Y desde entonces, nada de nada.
He dado seguimiento al tema a través de esta sección deportiva, en la que los socios minoritarios han reiterado su preocupación, ya que la convocatoria se ha anunciado varias veces e, inexplicablemente, ha quedado sin efecto.
Primero afirmaron que sería en mayo, luego que en junio. Después, don Juan Carlos Rojas, presidente saprissista, aseguró que en agosto. Y ya vamos por setiembre.
¿Será que la condición de socios minoritarios causa desdén de la cúpula tibaseña hacia ellos? Algo así sería insólito. Simplemente, porque no hay quién pueda objetar la casta morada de figuras tan reconocidas como los expresidentes Enrique Artiñano, Bernardo Méndez, y el experimentado dirigente del fútbol, José Joaquín Cuty Aguilar, quienes, con pleno derecho, han presionado, infructuosamente, para que se realice la citada asamblea.
El fútbol es, por definición, un retrato de la sociedad. En esa tesitura, los ciudadanos vigilantes del cumplimiento de nuestras obligaciones con la patria tenemos que medir los pasos que las autoridades nacionales, institucionales, empresariales y deportivas están obligadas a dar en el marco de la ley, la ética y la responsabilidad ciudadana. Una de esas obligaciones es rendir cuentas. Si no se hace, la opacidad abre paso a la duda. Y ya sabemos, sin cuentas claras, no hay chocolate espeso.
Ojalá que los vicios que exhibe la política nacional no acaben de contaminar al fútbol local y, Dios nos libre, manchen a divisas tan gloriosas como el Deportivo Saprissa. No más dilaciones ni excusas, señores de Horizonte Morado.
Por la salud del fútbol y por el buen nombre que ustedes ostentan, como personas honorables, conviene convocar, en serio, a la asamblea de socios del Saprissa. Por lealtad con la entidad histórica. Por dignidad. Por transparencia.