Si usted es futbolista y el ángel sobre su hombro le dice “no fue penal”, pero el demonio del otro lado le espeta “no importa, aproveche, métalo”, mande al de cuernos de regreso al infierno. ¡Bótelo!
Si usted es funcionario público, pero de esos que ganan una millonada más de lo justo solo por estar en la argolla, no obstruya la abolición de los privilegios inmorales. Y, si pertenece a la inmensa mayoría de funcionarios decentes, de los que se suda sin retorcer la teta del Estado cual limpión de cocina, acuda a marchas solo para defender sus propios derechos, ¡no las prebendas de esos otros!
Si ha vivido disfrazado de socialista, cuando en realidad lo que defiende son sus propios intereses, mezquinos e individualistas, quítese la careta, o sea consecuente con lo que dice, fusione palabras con hechos: renuncie al abuso.
Si es diputado, pero de los que roba a los contribuyentes holgazaneando más de lo que legisla, comience a compensar ese atraco, póngase a trabajar en horario 24/7 hasta que se le caiga el barro de la cara. Eleve su nivel parlamentario.
Si es empresario, pero de esos que paga supuestos medios tiempos a colaboradores que bregan de sol a sol, reembólseles lo que les debe retroactivamente. Si busca recovecos e idea patrañas para burlar impuestos, ¡pague!, o métase solito a la cárcel; si falsea datos ante la Caja para ahorrar en el rubro de pensión para sus empleados, ¡rectifique!, pero si quiere disipar las tinieblas eternas reivindíquese con salarios justos e incentivos para sus trabajadores, acepte la tributación progresiva, adecúe sus procesos en aras de la sostenibilidad y practique la Responsabilidad Social Corporativa.
Si es consumidor y compra más de lo que necesita, hágame el favor y saque de refrigerador y alacena todo lo que no vaya a aprovechar y déselo a quien lo necesite. Si tiró una lata al río, vaya el fin de semana a quemarse el pellejo limpiando una playa. Si desperdició papel, vaya siembre 100 árboles.
Si se ganó el puesto que tiene por “patas”, por ser amigo o familiar del jefe, en detrimento de un trabajador más calificado que usted, dimita, procure prepararse mejor y compita dignamente por un nuevo empleo. Y mil etcéteras.
No sustituyamos la “o” de sociedad por una “u”. Botemos los penales mal habidos.