Que la Selección Nacional haya perdido el invicto en Panamá, es cualquier cosa comparada con la "infausta" noticia del jueves 16 de abril de 2015, hace exactamente siete días. Una nueva y triste efeméride.
Tampoco se comparan con el "Jueves Negro" la vergonzosa derrota de Herediano en México (6-0), la humillante eliminación de la "S" en Concacaf (5-0), ni la caída de la Liga a manos del último lugar de la MLS 2014 y actual portador del farolillo rojo en la 2015.
La declarada preferencia de Carlo Ancelotti por Iker Casillas, la crisis financiera del Cartaginés, que el Dépor de Borges haga maleta hacia segunda división, la sequía goleadora de Campbell, el destierro de Bryan Ruiz, los robos arbitrales que se dan un fin de semana (¿Y el otro? ¡También!), las acusaciones por supuesto racismo contra Cocorí, todo me suena a bagatela, menudencia, pequeñez, trivialidad.
Ya ni la camuflada propuesta de amordazar a la prensa, ni las ofertas de embajadas me enfurecen tanto como al principio. Vistas en perspectiva, esas pifias son como los tropiezos de un bebé de 11 meses, que gatea por temor a caminar. Pero luego recuerdo lo del "Black Thursday" y se me quita la risa.
¿Qué sucedió el pasado jueves? Oh, depresión de depresiones.Un jugador reconoció lo que tantos otros demuestran con sus actos, pero no dicen abiertamente: que va a las conferencias de prensa por obligación, no porque le guste. 16 de abril de 2015, nuevo "Día Mundial del anti-periodismo deportivo". Nos rajamos las venas todos los del gremio.
Bueno, ¡ya! Apago el modo irónico, porque no se trata de acribillar al futbolista de marras, quien, por lo menos, fue sincero. Muchos otros contestan cualquier cosa, de mala gana, desvían la vista, se les nota el fastidio y, con esas actitudes, dejan a sus propios aficionados ayunos de declaraciones medianamente coherentes, irrespetándolos.
El problema de fondo es que los jugadores no entiendan (y que no los hagan entender) que viven del fútbol gracias a esos aficionados y a la prensa, porque son la difusión a través de los medios de comunicación y el "rating"/lecturabilidad los que generan patrocinios. ¡Patrocinios de donde salen sus salarios!, señores futbolistas. Antes, deberían agradecer toda la cobertura que se les dé.
Claro, si una vez perdida amanecen de malas, están en su derecho de pedir que se les exima de la conferencia. Es mejor eso que insultar a prensa y afición con respuestas monosilábicas.