La selección de Estados Unidos aseguró ayer su pase a las semifinales de la Copa Oro, tras golear 5-1 a El Salvador y sumar su tercera goleada del certamen.
Los estadounidenses no tuvieron piedad de los salvadoreños, quienes apagaron sus esperanzas ante el fuego indiscriminado de la ofensiva del conjunto de las barras y las estrellas, una característica que se ha hecho constante en el torneo pues antes había vapuleado a Belice, 6-1, y a Cuba, 4-1.
Ahora el poder ofensivo de los pupilos de Jurgen Klinsmann tendrá que verse las caras con Honduras, el próximo miércoles, en el Cowboys Stadium, de Arlington (Texas). Los hondureños derrotaron ayer a Costa Rica 1-0.
Estados Unidos marcha invicto con cuatro triunfos en igual cantidad de juegos y un promedio de goles de 16 a favor y solo 3 en contra.
Ayer el pase a semifinales fue un verdadero paseo para Estados Unidos, que dominó a placer las acciones y que se respaldó en el formidable juego de Landon Donovan para destruir el esquema defensivo de los cuscatlecos.
Donovan estuvo intratable ya que marcó un gol y propició tres más con sus asistencias.
El calvario salvadoreño se inició al minuto 21, cuando Clarence Goodson aprovechó un servicio de Donovan, en un saque de esquina. Ocho minutos después Joe Corona puso el 2-0 para los locales.
Los dos golpes impactaron a El Salvador, que se aprovechó de una individualidad de Rodolfo Zelaya para descontar al 39’. Pese al descuento y a una leve mejoría en la etapa complementaría, en la que generaron varias jugadas de peligro, el medio campo de los centroamericanos comenzó a ceder ante el ritmo asfixiante de los locales.
Eddie Johnson marcó el tercero al minuto 60, tras aprovechar una asistencia de Donovan. El tanto fue letal para los salvadoreños, que vieron cómo Donovan marcaba el cuarto tanto a los 78’.
El talentoso jugador estadounidense se consolidó como el mejor del juego cuando asistió a Mikkel Diskerud, para que marcara con un certero cabezazo, el 5-1, al 84’.
Estados Unidos mantuvo su vocación ofensiva y gozó de otras oportunidades de anotar, pero la buena fortuna del fútbol tuvo piedad de los salvadoreños.
Donovan y compañía se encargaron de sellar, sin problemas, su boleto a las semifinales y de prolongar la incapacidad de los salvadoreños de poder acceder a esta instancia del torneo en el M&T Bank Stadium en Baltimore.
Para El Salvador fue el fin de un torneo aceptable que los llenó de esperanza y los puso a soñar con tiempos mejores, mientras que para Estados Unidos fue la confirmación de que ha mejorado su nivel y de que Landon Donovan será una pieza obligatoria para Klinsmann en lo que resta de la Copa Oro y en las eliminatorias mundialistas, de la que son líderes de la hexagonal.