El mítico Tourmalet cierra la montaña en el Tour de Francia

Entre la cima del Hautacam y los 54 kilómetros contra el crono de Bergerac y Périgueux la general quedará fijada.

Los escaladores tienen hoy su última oportunidad, una durísima etapa que llega, además, tras dos jornadas pirenaicas con siete cotas de primera o especiales al final de la carrera, con las piernas ya muy cansadas tras más de dos semanas de competición.

En la última etapa de montaña, no muy larga, de 145,5 kilómetros entre Pau y Hautacam, la jornada comenzará suave, con dos cotas de tercera categoría.

A partir del kilómetro 78, empezará la ascensión al Tourmalet, con 17,1 kilómetros al 7,3 % de pendiente media.

Su cima está situada a 50 kilómetros de la meta. El descenso es largo y tras una zona de transición desemboca en la subida al Hautacam, 13,6 kilómetros al 7,8 % y con rampas por encima del 12 %.

El Tourmalet servirá de trampolín para una larga escapada que deberá rematarse en el Hautacam.

Ayer. En la etapa 17, el polaco Rafal Majka, del equipo Tinkoff, venció en solitario –con final en Pla d’Ardet, en los Pirineos– la segunda victoria parcial de este corredor en la presente edición.

Por su parte, el italiano Vincenzo Nibali (Astana) conservó el maillot amarillo de líder de la prueba tras la segunda de las tres etapas pirenaicas y se acerca a la victoria final en París, el próximo domingo.

El grupo de los favoritos llegó al pie del Pla d'Ardet, último puerto de la jornada (de categoría especial), con dos minutos de desventaja sobre el grupo que protagonizó la escapada de la jornada, en la subida al Col del Portillon, y del que formaba parte Majka.

Finalmente, el español Alejandro Valverde, segundo en la general, perdió ayer casi otro minuto con respecto al líder.