La disputada conquista de Ryder Hesjedal en la edición 95 de la
El jefe de filas del Garmin se convirtió ayer en el primer canadiense en coronar la segunda prueba más importante del ciclismo mundial, y de paso es el segundo norteamericano, solo por detrás de Andy Hampsten (Estados Unidos), en 1988.
“Para mí, esto es una experiencia increíble, una grandísima alegría. Comencé a creer que era posible en los últimos días, porque veía que mis piernas respondían bien. Incluso, mentalmente me sentía relajado, y al final lo logré”, aseveró Hesjedal.
El canadiense consumó así una victoria que se veía venir, pues estaba claro que la contrarreloj le favorecía mucho más a él que al español Joaquim Rodríguez, hasta ayer dueño del disputado maillot rosa.
La distancia de 31 segundos con la que el
“Hice todo lo que estaba en mi mano. Los tiempos que me daba Valerio Piva (director deportivo) decían que no estaba lejos, hasta la última vuelta me decía que todo podía pasar. Solo en la meta supe que había perdido el Giro”, explicó.
Al final, 16 segundos separaron al ibérico del canadiense, mientras que el tercer lugar fue para el belga Thomas de Gendt. De esa forma, por primera vez desde 1995 el Giro no tuvo a ningún italiano en el podio final. Con información de