La fortaleza de Henry Raabe fue el principal motor para que el ciclista nacional saliera este martes del Hospital México, donde estuvo internado desde el pasado 23 de setiembre, cuando se cayó en la primera etapa de la Vuelta a San Carlos y se fracturó el cráneo.
"Ya salió del hospital, va para la casa. Estará yendo todos los días a rehabilitación porque tiene una lesión en un hombro. Va a durar un buen tiempo en recuperarse y estará yendo diariamente al Centro Nacional de Rehabilitación (Cenare)", expresó Daniel Muñiz, dueño del equipo Coopenae Extralum Economy.
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Cuando se produjo el accidente, lo que más inquietaba era la fractura en el cráneo, pero eso ya es un tema superado.
"En lo que respecta a lo neurológico, ya lo dieron de alta", manifestó Daniel Muñiz.
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Veinte días después del accidente, Raabe dio este martes sus primeros pasos.
"Dice Cindy (Rivera, esposa del ciclista) que está súper bien y que ya hoy amaneció mucho mejor anímicamente, pero que tiene mucho dolor en el brazo porque a lo que me explicó el doctor, tiene un problema en un tendón, que no lo van a tratar de manera quirúrgica, si no que lo harán con terapia", relató Muñiz.
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Y agregó: "De ahí que le está molestando. Apenas se le están despertando esos tejidos y es lo que le ocasiona el dolor, pero de momento, en cuanto a su recuperación todo son buenas noticias y la terapia si va a ser bastante larga, pero vamos por buen camino".
De esta forma, Henry Raabe vuelve a ganar una batalla por la vida, luego de que en 2012 le hizo frente a un cáncer linfático, enfermedad que superó con quimioterapia y radioterapia.
El campeón de la Vuelta a Costa Rica en 2006 y 2007 no corrió el giro a la tica de ese año, pero estaba pedaleando por su vida, al igual que lo hace desde el pasado 23 de setiembre.
Lo dieron de alta tras completar el tratamiento y en 2013 regresó al ciclismo. En aquella oportunidad, el Cañonero del Irazú dijo: "La verdad que en un momento cuando supe que tenía la enfermedad, pensé que no podría volver a competir, pero gracias a Dios me sané".
Y añadió: "También me siento muy afortunado porque aparte de que me sané pude regresar al ciclismo, que es lo que más me gusta. Y de verdad que yo estoy seguro de que ahora disfruto más que antes este deporte".
Desde entonces, Raabe afirma cada vez que puede: "El ciclismo es mi vida".
Con su fuerza de voluntad, los cuidados de su esposa Cindy, la motivación que le dan sus hijos Ian y Evan, el cariño de sus demás familiares, el apoyo de Coopenae Extralum Economy y las buenas vibras de la afición al ciclismo, Henry Raabe inicia este nuevo proceso de recuperación con muchas ganas, porque él sabe que su mayor victoria es ser el campeón de la vida.