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Cadel Evans no pudo evitar emocionarse ayer al recibir la camiseta amarilla de líder del Tour de Francia. El australiano lloró al saber que es el virtual campeón de la vuelta más importante del mundo del ciclismo. | AFP (PASCAL PAVANI)
El veterano de 34 años, dos veces segundo lugar en el Tour, superó en la contrarreloj de Grenoble una desventaja de 57 segundos que le llevaba Andy Schleck. La etapa la ganó el alemán Tony Martin.
Evans lleva ahora 1:34 de ventaja sobre Andy Schleck y 2:30 sobre Frank Schleck. La competencia finalizará hoy en París.
Aunque todavía falta una etapa, el líder de la contrarreloj tiene casi asegurada la victoria porque la final de hoy, en los Campos Elíseos en París, tiende a ser ceremonial ya que lanzar un ataque exitoso en ese último tramo plano es prácticamente imposible.
Los corredores partieron ayer en orden inverso a su posición. Andy Schleck partió de último.
A los 15 kilómetros, Evans ya había cancelado 36 segundos de su déficit con Andy Schleck y sacaba 34 segundos de ventaja.
A los 27,5 kilómetros la ventaja de Andy se había evaporado y Evans tenía ventaja a su vez de 1:32. Al final, Evans llegó segundo en la etapa, a siete segundos del ganador alemán Tony Martin.
Al subir al podio, Evans se emocionó casi hasta las lágrimas antes de arrojar al público el ramo de flores del ganador. “Todavía no lo puedo creer”, comentó. “Me he venido concentrando en esta prueba durante mucho tiempo”.
Los hermanos Schleck, sabiendo que habían perdido, se abrazaron al trasponer la meta.
La Unión Internacional del Ciclismo se ha hecho el propósito de desarraigar el dopaje y este año llevó a cabo cientos de pruebas.
Evans dijo no saber si los controles más estrictos permitieron que esté al borde de la victoria.
La presumible victoria de Evans, líder del equipo BMC, coronaría una actuación estelar y metódica durante las tres semanas de la competencia. Al contrario que el campeón del año pasado, Alberto Contador, y otros competidores principales, Evans evitó choques.
Su mayor dificultad fue un problema mecánico del viernes, que superó sin perder tiempo.
Evans ganó una sola etapa, la cuarta, entre Lorient y Mur-de-Bretagne. Pero su posición atestigua su planificación y preparación para el título que venía buscando desde hacía varios años.
