Las páginas más brillantes del ciclismo de Costa Rica están escritas por un Andrey Amador que no se siente conforme con lo que ha hecho hasta ahora y, por eso, promete que va por más.
Hace 12 meses, cuando el ídolo del ciclismo costarricense llegó al país tras ser cuarto en la clasificación general del Giro de Italia, afirmó que al año siguiente haría algo mejor y, lo cumplió.
En la Corsa Rosa 2016, el capo (capitán en un equipo de ciclismo) tico asumió el liderato general el 20 de mayo. Fue un día histórico para el deporte costarricense y centroamericano.
En todo momento, el rutero de Movistar Team aseguró que ese liderato se lo dedicaba al país que lo vio nacer y a todos sus seguidores, que cada día son más.
Según Amador, la sensación que experimentó al vestirse de rosa fue indescriptible, porque era el líder de la carrera de ciclismo de ruta más difícil del mundo.
También porque subía a un podio cuatro años después de que ganó la etapa 14 del Giro, trazada entre Cherasco y Cervinia, con lo que se demostraba a sí mismo que nada es imposible cuando se persigue un sueño.
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Al final, el “tico rosa” quedó octavo en la general de esta carrera ganada por el italiano Vincenzo Nibali (Astana), posición que tiene relevancia, sobre todo si se toma en cuenta que por segundo año finalizó en el selecto listado de los mejores diez ciclistas.
“Mayo es un mes que se me da muy bien, por eso puedo meterme en el top 10 y tengo ese gusanillo de meterme en el podio; he estado cerca, pero yo sé que antes de que me retire voy a hacerlo, voy a estar en ese podio final”, dijo ayer a su llegada al país.
La Nación le consultó qué es lo que le ha hecho falta para quedar entre los mejores tres, y el pedalista respondió: “Fuerza, no le echo la culpa a otra cosa, no he tenido el nivel para conseguirlo y creo que año a año nunca se sabe hasta dónde se puede llegar”.
Sin embargo, él cree que a sus 29 años ya alcanzó la madurez que necesitaba y, por eso, aún le falta vivir los mejores momentos de su carrera ciclística.
“Vamos a intentar progresar y este año voy a tratar de mejorar, me gustaría probar siendo un corredor más ligero, que es un poco para mí el punto débil en el Giro, que es una carrera de muchísima montaña”, relató Amador.
Y agregó: “Yo no soy un escalador y en la montaña sufro un poquito; bueno, bastante, mejor dicho, y es un poco lo que pienso... lo peor que puede pasar es que no lo haga; y lo mejor, hacerlo, así que hay que intentarlo. Lo quiero hacer y soy un corredor no joven, pero tengo futuro por delante, quiero seguir progresando y eso es lo que tengo en mente”.
Andrey no viene de vacaciones; de hecho, hoy mismo comenzará sus entrenamientos en Cartago, porque su próximo desafío será la Vuelta a Polonia, del 12 al 18 de julio. Después, si la Federación Costarricense de Ciclismo (Fecoci) lo ratifica, representará a Costa Rica en la prueba de fondo en carretera de los Juegos Olímpicos Río 2016.
“Voy para Cartago, a la montaña, porque esa es la cancha de nosotros, por así decirlo, y ahí siempre tengo unos recorridos favoritos para prepararme. Quedan cuatro meses en esta temporada”, reiteró Amador, quien ayer vivió una fiesta en San José.