Andrey Amador impulsó a Nairo Quintana y al Movistar Team a una victoria histórica en la etapa 16 del Giro de Italia , la fracción que por fin vistió de rosado a un hombre que ya apunta a la grandeza.
Fue un día de emociones, cargado de obstáculos en una trayecto de 139 kilómetros que mezcló lluvia, nieve, niebla y mucho frío, y en el que las cámaras del mundo de nuevo enfocaron a aquel costarricense que hace dos años firmó su propio episodio en la Corsa Rosa .
El rutero tico volvió a dejar claro por qué está en el mejor equipo del mundo con una exhibición de entrega a la mitad del primer ascenso hacia el Paso de Gavia (2.618 msnm), y luego con una labor titánica en la subida al Stelvio (2.758).
Ahí, en el segundo paso más alto de todo Europa y el punto más elevado en Italia, Amador comandó el ataque del Movistar y junto a Gorka Izagirre cobijaron a Quintana entre las paredes de hielo, llevándolo intacto hasta el ascenso final en la meta a Val Martello.
“Estamos cansados. Al final fue un día de esos muy malos por el mal tiempo, pero por dicha nos sonrió a nosotros y disfrutando el liderato.
“Ahora es disfrutar lo que tenemos, sabemos que la responsabilidad es de nosotros, pero estamos preparados para eso”, aseguró el costarricense desde Italia.
El descenso del Stelvio le alcanzó a Quintana para firmar una renta de minuto y medio antes de la última subida, un interés que solo supo aumentar antes de la meta.
Su compatriota y hasta ayer líder general, Rigoberto Urán (Omega Pharma), y el australiano Cadel Evans (BMC), no pudieron seguirle la pista a Quintana, por último solo amenazado por el francés Rolland (Europcar) y el canadiense Ryder Hesjedal (Garmin).
El galo se quedó en los últimos cinco kilómetros y Hesjedal se rindió a falta de 1.000 metros, dejando al capo del Movistar con su primera victoria de etapa en un Giro de Italia y altas posibilidades de llevar a Colombia, por primera vez, a lo más alto de la Corsa Rosa. Colaboró la periodista Fiorella Masís.