Su amor por el ciclismo pudo más, y a los 16 años decidió incursionar en el deporte. Su primera participación en serio fue una prueba para juveniles; sus deseos pesaron más que su impericia y se anotó el triunfo.
Hoy la inexperiencia queda en el recuerdo y evidencia de ello son los tres títulos nacionales que en forma consecutiva ha logrado, además de una vuelta a Costa Rica, máximo premio para un nacional. El es Adrián Víquez Gómez.
El último campeonato lo logró hace apenas una semana en condiciones sumamente difíciles, pues apenas dos días antes sufrió un accidente que puso en peligro su participación.
"Venía por avenida 10 como a las 7 a.m. y un carro se me atravesó. Yo solo observé una mancha roja y choqué contra él. Caí al piso y comenzaron los dolores en las costillas y la cara, pensé que me había quebrado", contó Víquez.
Dichosamente no pasó a más y las radiografías confirmaron que solo eran golpes, pero las inflamaciones impedían una movilización adecuada.
El entrenamiento del sábado fue una prueba de fuego pues dependiendo de cómo se sintiera podría correr el domingo. "Cuando me paraba en los pedales no aguantaba el dolor en las costillas, pero quería correr", rememora este cartaginés.
El domingo dispuso realizar la prueba de ruta que definiría el campeón nacional; luego de varios kilómetros de rodar con el grupo sintió que era hora de dar el salto y emprendió una fuga con varios competidores. Víquez dio cuenta de todos ellos en un cierre electrizante que arrancó unos 300 metros antes de la línea final.
Títulos que hablan
Pero para hablar de Adrián hay que retroceder las páginas de la historia y ubicarnos en 1993, año que el rutero considera como uno de sus puntos altos, ya que ganó el primer título nacional e inició con el número 1 en la Vuelta Ciclística a Costa Rica.Durante toda la competencia mostró gran capacidad para escalar y bajar, amén de mantenerse en el plano, era uno de los candidatos a ganar la Vuelta. A falta de dos etapas para el banderazo final, Víquez se puso la camiseta amarilla de líder, luego de la etapa reina que vence al Cerro de la Muerte, en la intimidad de la montaña.
Su entrada al Estadio Nacional aquel 29 de diciembre estuvo cargada de dramatismo; el hijo de Tierra Blanca de Cartago, aquel que apenas un año antes se había adjudicado el título de mejor novato en la Vuelta, el joven de 20 años, era el vencedor del giro nacional.
El año pasado volvió a ganar el campeonato nacional y comenzó la Vuelta como la carta más fuerte para revalidar su victoria, pero el infortunio hizo su aparición. "Tuve unos problemas con los ligamentos; se me desacomodaron y me comenzó una tendinitis. Preferimos no hacer mucho esfuerzo para no agravar la lesión, pero ya no podía ganar, intenté terminar y cuidar la rodilla."
"Un amigo me dijo que vueltas habían muchas y vida solo una; así que mejor comenzamos una rehabilitación". Esta dio buenos frutos ya que en el giro a El Salvador se ubicó en tercer lugar, ganó la montaña en la pasada Vuelta a Centroamérica y puso su rúbrica al campeonato nacional.
Este muchacho, acostumbrado a sembrar papa y cebolla en un terreno de su propiedad, tiene como sueño, una vez que se retire de la práctica del deporte, conformar un equipo de gente de Cartago, donde -según él- hay muy buenos muchachos.
Víquez tiene la particularidad de defenserse muy bien en todo terreno, aunque su facilidad por el ascenso salta a la vista y no es para menos pues como dice: "Para salir a entrenar a San José o Cartago, tengo que regresar a mi casa que queda en Tierra Blanca, y la subida es muy grande."
El giro
Su mira está puesta en la nueva edición de la Vuelta que empieza en un mes y a sabiendas de que el tiempo apremia; dispone de cerca de cuatro horas diarias a la práctica. "Hay días que trabajamos mucho más tiempo, pero todo depende del grado de intensidad y también el terreno que hagamos."Admirador de Miguel Induráin desde que el navarro hacía sus primeras armas en el deporte, dice sentirse preocupado por el estado actual de las carreteras por las que se correrán las distintas etapas y que esto representa un grave peligro para los competidores debido a que un accidente a gran velocidad puede tener consecuencias inesperadas.
La participación de gran cantidad de extranjeros en esta edición es nuevamente una prueba para los nacionales que se han adjudicado las últimas versiones y que han quebrado la larga tradición de victorias colombianas. De este país vendrán dos equipos de alta calidad y es parte de la preocupación de todas las escuadras nacionales.
"Los ticos hemos mejorado mucho en relación con años atrás y aunque nos falta mucho para poder entrar al profesionalismo, estamos a un buen nivel y podemos dar la lucha", expresó Víquez, quien condidera el ascenso al Cerro de la Muerte desde Pérez Zeledón como la etapa más dura de todo el giro.
En cambio, el descenso de Zarcero a San Carlos es el tramo más peligroso de todo el recorrido pues casi siempre el asfalto está mojado y las curvas parecen verdaderos codos.
Este año Adrián Víquez volverá a portar el número 1 en su camisola y vuelve a ser una de las mejores cartas de victoria que presentará nuestro país. La siembra comenzó hace muchos meses; es tiempo de ir a la tierra y recoger los frutos.