Denver, Colorado. Ni la nieve ni el frío le ahogaron las ganas a la ferviente afición costarricense, que desde muy temprano empezó a rondar las cercanías del Dick’s Sporting Goods Park.
Arropados con banderas y ataviados con gorros y bufandas de la Tricolor, los ticos empezaron a hacerse sentir con el acostumbrado “oe oe oe” cada vez que tenían oportunidad.
Así aparecieron Iván Villalobos y Allan Leal, un par de heredianos que llegaron decididos a llenar de buenas vibras a la Sele.
“Venimos a pasarla bien, queremos que los jugadoes den lo mejor, que se esfuercen, ya con eso salimos contentos”, dijo Villalobos, quien desde principios de año trabaja en Denver.
“Yo aproveché que Iván vive aquí para venir, aunque también acostumbro a acompañar a la Selección cada vez que puedo, no es la primera vez”, dijo Leal.
La similitud de colores y la ropa para el frío también complicaban la identificación de los costarricenses, dispersos por todos los alrededores, en medio de una marea de estadounidenses que también cumplieron y llegaron a apoyar a su equipo.
Otros heredianos que también se sumaron a la travesía de apoyar a la Selección fue la familia Rosabal, compuesta por los hermanos Óscar y Eladio, así como el hijo de Óscar del mismo nombre.
Y aunque no ahondaron mucho en la similitud de nombres con la figura florense, sí hicieron un llamado al equipo de Jorge Luis Pinto, del que esperaban les pagara con esfuerzo el sacrificio que hicieron por viajar.
“Ya que hicimos el esfuerzo de venir hasta aquí esperamos que los muchachos hagan lo suyo y sepan retribuirnos el hecho de que los vengamos a apoyar”, dijo Óscar padre en compañía de sus familiares.
Convivencia. Tampoco faltaron los casos más curiosos como el de Patricia Gómez, nacida en Estados Unidos, pero criada en Costa Rica, aunque ya hace muchos años que volvió a vivir a su patria.
“Desde los 24 años volví a Estados Unidos, pero toda mi niñez y adolescencia la pasé en Costa Rica. Mi mamá es tica y allá está toda mi familia, así que por supuesto que mi corazón está con ellos”, dijo esta estadounidense con sangre costarricense.
Ella llegó junto a varios aficionados del equipo de las barras y las estrellas, lo que demuestra que la batalla de ayer fue solo en la cancha, pues afuera la amistad y la fiesta deportiva también luchó por evitar el intenso frío que afectó ayer a la ciudad de Denver.