Tres hombres estaban a prueba en esta convocatoria, solo uno de ellos tuvo los minutos suficientes como para sacar conclusiones: Marco Ureña estuvo 57 minutos en la cancha y aprovechó para mostrar cuales son los atributos que le puede aportar a la Sele.
Dejó ver su gran velocidad, muy superior a los defensas guaraníes, por ejemplo. Un elemento que Jorge Luis Pinto deberá tomar en cuenta entre los factores para decidir si el atacante va al Mundial de mediados de año.
También, enseñó muchas ganas de conseguir ese codiciado boleto para abordar el avión que lleva a Brasil.
Su caso se puede ver apoyado por la asistencia que hizo para que Joel Campbell marcara el golazo que abrió el marcador anoche.
Sin embargo, no todo fue bueno. Se notó mucho que conoce poco a sus compañeros y casi siempre fue impreciso al colocarles el balón.
Ese fue el pecado de Ureña, andar ansioso al momento de soltar la pelota o buscar el gol.
Hubo una jugada, en el primer tiempo, que resume la noche de Marco: lanzó la pelota larga y dejó botados, kilómetros atrás, a los zagueros paraguayos, pero al final ni pase ni remate; tiró un ladrillo que cruzó el área sin gloria.
Sin minutos. Si Ureña tuvo tiempo para enseñar lo bueno y lo malo, los otros que están soñando con subirse al avión no tuvieron oportunidad de mostrar mucho.
John Jairo Ruiz debutó con la Selección Mayor pero ingresó al 76’, lo que le dejó apenas un ratico para defender su postulación.
El joven de 20 años tuvo la noche que todo niño tico sueña, la del estreno con la casaca roja.
Mas apenas tuvo chance de tocar la pelota en un ataque ya bastante calmado para el momento en el que ingresó a la cancha.
El último hombre a prueba, Waylon Francis, ni jugó. El lateral izquierdo se quedó en la cancha esperando que Pinto deseé darle alguna otra oportunidad.