Filadelfia, Pensilvania. La colonia costarricense en Filadelfia, Pensilvania y ciudades aledañas montó una verdadera fiesta con el juego de la Tricolor de anoche.
Aproximadamente unos 10.000 aficionados costarricenses hicieron sentir a la Selección Nacional como en casa, en el PPL Park en Chester, Filadelfia.
La mayoría de ellos llegaron desde Nueva Jersey, de Washington y de la propia Filadelfia.
El fervor de los ticos no era para menos, ya que la Sele nunca en la historia había jugado en esa ciudad estadounidense, por lo que era la oportunidad de oro.
El “oe, oe, oe, ticos” se sintió más con el inicio del partido.
Pero no solo residentes locales apoyaron a la Selección Nacional ante Irlanda; también hubo quienes viajaron desde Costa Rica.
Por ejemplo, una familia entera se hizo presente desde tempranas horas al hotel de concentración de la Tricolor en Filadelfia.
“Apoyamos a la Sele siempre en las buenas y en las malas . Esperamos hoy hacer un buen partido y lavarnos la cara de la derrota contra Japón”, señaló Mario Chavarría, quien viajó desde Desamparados.
Minutos antes del juego, los ticos compartieron carne asada, bebidas, música y hasta los tambores en uno de los parqueos anexos al estadio, algo muy común en Estados Unidos previo a los partidos.