La Selección Nacional de Costa Rica le pondrá hoy a las 7:30 p. m. el punto final a la exitosa eliminatoria al Mundial de Brasil 2014.
Los largos dos años de tensión y, por ratos, de sufrimiento, hoy acabarán y, entonces, ya habrá tiempo para enfocarse en la preparación para la cita planetaria.
Empero, todo el país quiere vivir antes una despedida de lujo, una que incluya una valiosa y, quizás, histórica victoria ante México.
Los futbolistas y el cuerpo técnico de la Tricolor están dispuestos a dársela, según las declaraciones ofrecidas desde que el árbitro Jair Marrufo pitó el final del choque del viernes ante Honduras.
“Hemos sido bastante sacrificados, hemos dado lo mejor de nosotros para poder clasificar y ahora queremos cerrar ganando (...). Vamos a entrar a buscar desde el primer minuto”, expresó el volante y capitán Bryan Ruiz, en una entrevista publicada en su sitio oficial.
“Nos sentimos con la obligación de llevarnos esos tres puntos, creo que es un partido en los cuales se puede crecer como Selección (...). Estamos en casa y vamos a hacerla respetar”, dijo el portero Keylor Navas por la misma vía.
Es que derrotar hoy a los aztecas en un Estadio Nacional lleno a reventar significa demasiadas cosas: lograr el 100% de rendimiento como local en la hexagonal (, acabar una racha de 21 años de no vencer al Tri en territorio tico (desde el 2-0 de 1992 en el viejo estadio Nacional) y asegurar el segundo puesto de tabla de la Concacaf.
Objetivo y razón. Pero hay algo más, algo que los futbolistas de la Sele (por lo menos hacia afuera, quien sabe hacia adentro) minimizaron, pero que el aficionado costarricense maximizó. Es dejar a México el “grande”, el “poderoso”, el “gigante” fuera de un Mundial.
Además, sería en la misma eliminatoria en la que muchos creyeron que pasarían la eliminatoria caminando, y tan solo unos años después de que hablaran que deberían “mudarse” a Sudamérica para tener mayor competitividad.
Pero ese desencadenamiento de la frustración azteca solo sucederá con escenarios muy específicos.
El más completo llegará si se combina un triunfo tico con uno de Panamá en su reducto, el Rommel Fernández, frente al líder indiscutible, Estados Unidos. El parcial, corresponde al repechaje ante Nueva Zelanda en noviembre, se dará si Honduras puntúa en su visita a Jamaica y México no pierde.