El Mundial de Brasil ha sido uno de contrastes para el mundo, y de ese mundo es fiel reflejo Romelu Lukaku, el héroe que le dio a Bélgica su histórico y añorado regreso a unos cuartos de final.
Ante Estados Unidos le tocó por fin ser el revulsivo en ese banquillo venenoso de Marc Wilmots, un técnico que hace sus permutas con una clarividencia que asusta y que decidió guardarse a su inconstante “9” hasta el decisivo alargue.
Antes de este Mundial eso hubiera sido impensable para el referente belga en ataque, pero sus opacas presentaciones ante Argelia y Rusia acabaron por relegarlo a la suplencia y cederle su lugar al joven Divock Origi, impecable como relevo y autor del agónico tanto que hincó a los rusos en aquella fase de grupos donde Bélgica fue primera.
Demasiado consciente de todo eso entró Lukaku al terreno de juego donde los Diablos Rojos se jugaban todo: con solo tres minutos de partido ya había servido la asistencia para que Kevin de Bruyne lograra, por fin, vencer la muralla que había levantado Tim Howard.
“Bélgica metió a Big Rom y fue imposible lidiar con él, nos pasó por encima, anotó uno y creó opciones para los demás. Simplemente cambió el juego”, dijo el propio Howard, sobre quien fuera su compañero en el Everton durante la pasada temporada de la liga inglesa.
No mintió. Porque al 106’ De Bruyne le devolvió al favor a Lukaku con un balón al corazón del área que el delantero envió con frialdad al fondo de las redes. Fue el 2-0 lapidario para los estadounidenses y la anotación que permitiría no adolecer el casi inmediato descuento de Julian Green al 107’.
Fue así como con solo media hora en la cancha el ariete de ascendencia congoleña se convertiría en la pieza más relevante de un Bélgica que mantuvo intactas sus aspiraciones en la cita brasileña, el torneo que aún aguarda por aquel joven conjunto que sorprendió a todos en las eliminatorias.
Está empezando a parecerse, eso sí, de la mano de un timonel que se cotiza con cada cambio que realiza y que parece haber encontrado la forma de mantener a punto tanto a sus titulares como a los relevos.
“Yo le dije a Lukaku que en octavos eres él quien nos iba a clasificar. Siempre tuve confianza en él, en esto del fútbol no es siempre blanco o negro, pero ustedes (los periodistas) parecen no conocer el gris”, aseguró Wilmots tras el juego.