Curitiba, Brasil. AP. Irán y Nigeria tienen algo en común de cara a su estreno de hoy a la 1 p. m. en el Mundial, y es algo que ambos quieren quitarse de encima.
Cuando se enfrenten en el Arena da Baixada, asiáticos y africanos buscarán su primera victoria en un partido mundialista desde Francia 1998.
Con Argentina como claro favorita en el grupo F, se espera que Irán y Nigeria compitan con la debutante Bosnia-Herzegovina por el segundo puesto.
Si bien Nigeria es considerada a menudo una potencia del fútbol africano, las Superáguilas no han ganado un partido en un Mundial desde que derrotaron a Bulgaria en la fase de grupos hace 16 años.
Desde entonces han tenido dos participaciones bastante decepcionantes, incluida la de Sudáfrica en 2010, en las que cosecharon un total de dos puntos.
Eso no es suficiente para un equipo que ostenta cierto pedigrí en el escenario mundial después derrotar a Argentina para llevarse la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atlanta, en 1996.
A Stephen Keshi, entrenador nigeriano, no parece preocuparle que su equipo no ganara uno de sus tres amistosos antes del torneo.
El estratega cuenta con una serie de jugadores de enorme experiencia a su disposición, muchos de los cuales juegan actualmente en clubes europeos. Mucho podría depender de la condición del delantero del Fenerbahce Emmanuel Emenike, prolífico con Nigeria desde su debut en 2011.
Por su parte, la última victoria de Irán en la Copa del Mundo fue contra Estados Unidos en uno de los grandes enfrentamientos geopolíticos.
La única excursión iraní a un Mundial desde entonces, Alemania 2006, se saldó con un punto.
A pesar de los azarosos preparativos marcados por la falta de partidos amistosos y las restricciones financieras, Irán no será una presa fácil, dirigidos por Carlos Queiroz, exentrenador del Real Madrid y de Portugal.
El equipo de Queiroz estará encabezado por Javad Nekounam en lo que probablemente va a ser su último Mundial.