Lo que ni la Naranja Mecánica del Fútbol Total consiguió en 1974, esta Holanda ya lo hizo dos veces: por segundo mundial consecutivo avanza con marca perfecta en el grupo.
Lo consiguió, si se quiere, en mejor forma que hace cuatro años. Con 10 goles a favor, el doble que en Sudáfrica, y ante rivales mucho más calificados. Le bajó los estandartes a la campeona España, dominó a una malcriada Australia y atontó el peligroso ataque chileno.
Al son de las veloces escapadas de Arjen Robben, candidato a mejor figura del certamen, esta naranja siempre luce fulminante.
Incluso cuando se le acorrala, como en el Arena de São Paulo, donde Chile volvió a deslumbrar con un 64% de posesión del balón y pudo haber tenido mejor suerte de no haber sido por la complicidad del árbitro Bakary Gassama, de Gambia, para con los europeos.
Holanda sale de uno de los grupos mortales de esta Copa como firme candidato al título. Tiene, en Robben y Robin van Persie –suspendido ayer–, a dos de las estrellas del momento y en Memphis Depay, anotador del segundo gol, a uno de los jóvenes más prometedores.
Los tulipanes sajearon una de sus mayores dudas, al mostrar que si es necesario defenderse se saben parar atrás del balón y dejar en cero al dinámico ataque de Jorge Sampaoli, un sistema en el que todos los chilenos, con Alexis Sánchez como morotista, parecen haber nacido para tocar con clase la pelota.
Además, Louis van Gaal hizo gala de sus dotes en la estrategia y las posibilidades que le ofrece el recambio holandés. Después de sufrir por más de una hora, envió a Leroy Fer y Depay al campo. El primero abrió el camino con un cabezazo antes de completar dos minutos en cancha, el segundo propició el ataque de esa anotación y marcó, con asistencia de Robben, en el tiempo de compensación.
La derrota le deparó a Chile el indeseado premió de enfrentar al local, Brasil, en octavos. Pero no le quita brillo a uno de los conjuntos más piropeados de la primera fase.
Ayer, los chilenos se cansaron de buscar el marco, gracias su exahustivo mimo del balón sumaron hasta 35 ataques. Y eso que se dieron el lujo de dejar en banca a figuras como Arturo Vidal, Jorge Valdivia y Jean Beausejour.
De ese juego total y preciosista –la tres veces subcampeona– Holanda ya tuvo mucho. Ayer, no mereció ganar pero lo hizo, con efectividad. No tuvo la pelota pero llegó al marco el doble de veces: 13 a 7.