Brasilia, Brasil. EFE Tras la contundente victoria por 0-3 ante Brasil, en el estadio Mané Garrinche, la selección holandesa volverá a casa de un Mundial “imbatida” por primera vez en su historia.
Y es que el seleccionador de la Oranje , Louis van Gaal, no considera que caer en los penales, como le sucedió a su equipo en la semifinal ante Argentina, sea perder.
“Nosotros no perdimos, nosotros solo no nos clasificamos por los penales”, sostuvo el técnico hace un par de días en rueda de prensa.
Por ese motivo, y toda vez que el sueño de alzarse con el trofeo ya resultaba inalcanzable, Van Gaal no dudó en fijarse un nuevo objetivo con el cual motivar a sus pupilos.
“Nunca ha habido una selección holandesa que haya regresado a casa imbatida” de un Mundial, comentó Van Gaal.
Y de esa manera, el partido por el tercer puesto, ese que el propio entrenador lleva 15 años diciendo que nunca se debería jugar, se convirtió en una cuestión de estado para los holandeses.
Esa filosofía se hizo patente desde el momento de dar a conocer el once inicial que saltaría a la cancha para enfrentarse a la Canarinha .
Van Gaal, a diferencia de su colega brasileño, Luiz Felipe Scolari, no hizo ninguna concesión al sentimentalismo dando minutos a jugadores poco utilizados a lo largo del torneo.
En la delantera, un mermado Robin van Persie acompañaba a un Arjen Robben que se ha dejado la piel en el campo en cada partido disputado por los holandeses a lo largo del Mundial.
Solo en el último instante del encuentro, el técnico quiso tener un gesto, más allá de lo deportivo, con uno de sus pupilos al hacer entrar en el campo al arquero Michel Vorm en lugar de Jasper Cillessen.
Un cambio muy poco habitual que solo obedecía al deseo del técnico de darle algunos minutos al tercer portero, el único jugador del equipo que no había debutado en el Mundial.
De esta manera, con su medalla de bronce al cuello, los 23 jugadores de la Oranje volvieron a casa con el orgullo de cerrar de la mejor manera posible un Mundial.
Por ese motivo, esa última clara victoria sobre Brasil, esa victoria que les permite volver a casa “imbatidos” y con su medalla de bronce al cuello, fue celebrada por los holandeses con orgullo.