San José
Este domingo, las casas de muchos costarricenses se convierten en pequeños estadios. Hoy la Selección Nacional juega un partido cuyo resultado favorable sería histórico.
Todos quieren ser testigos de esta historia que los seleccionados escribirán hoy a las 2 p. m., cuando se enfrenten al equipo de Grecia en el estadio Pernambuco, en Brasil. Si la Sele gana, sería la primera vez que avanza a cuartos de final en un mundial.
En las calles de Costa Rica huele a fútbol. En en centro de San José, la gente desde sus vehículos suenan las pitoretas para recordar a los demás que hoy todos los ticos tienen una cita.
Especificamente la fiesta en Calle Fallas se vive en la casa de los primos de Giancarlo González, que recibirá a decenas de vecinos, como es la tradición cuando juegan los ticos.
"Estamos muy positivos y sabemos que vamos a quedar al menos 2-0, ya que Keylor Navas de fijo no recibe gol", comentó Joseph Rojas, familiar del defensor nacional.
Por su parte, en Calle El Rodillal de Higuito, la familia Mena Mora concina una olla de carne y envía una claro mensaje a los rivales de la Tricolor: "así vamos a hervir a esos Griegos", dijo Marcial Mena, de 56 años.
En los chinamos, hasta un pañuelo rojo se vende. Están abarrotados de banderas de Costa Rica de todos tamaños, camisetas de la Sele, sombreros, chonetes. Y como no, si el juego de la Selección Nacional es el tema en todos los rincones del país.
En los bares del Gran Área Metropolitana, ya no cabe un alma. Todos tienen separados sus campos.
En Palmares, por ejemplo, a la misa la mayoría llegó vestida con banderas y camisas de la Selección. Parecían aprovechar la eucaristía para rogarle a Dios porque nos haga el milagrito.
El el parque de la Democracia, el parque de Cartago, en el parque de Tibás y en todos los lugares donde haya un televisor, los aficionados de todas las edades comienzan a aglomerarse.
"Vamos a ponerle el sabor a la plaza de la Democracia y si ganamos, de una vez para la fuente de la Hispanidad", aseguró Jafeth Gaitán, un joven de 17 años que junto a sus amigos, contagió a los ticos en las calles de San José con tambores y buen ritmo
Cualquiera que sea el resultado, nadie quiere perdérselo, pero en caso de que la Sele gané este domingo, el día no se acabará.