Brasil 2014 ya impuso una marca, a meses de la patada inicial: por primera vez existen ocho campeones del mundo y por primera vez los ocho disputarán un Mundial.
La clasificación anoche de Uruguay ante Jordania, en su respectiva serie de repechaje, confirmó el pleno del “Club de los Ocho” para la cita del año entrante.
Irónicamente, la Celeste, el último monarca en conseguir su pasaporte a la Copa, fue la selección fundadora –al ganar el Mundial de 1930– del exclusivo grupo de países que, alguna vez, levantaron el máximo trofeo del fútbol.
España, con su triunfo en el 2010, es el más reciente ingreso al exclusivo club.
Brasil y Argentina, por Suramérica; Italia, Alemania, Inglaterra y Francia, por Europa, completan la la lista de campeones mundiales
La cita brasileña verá por segunda vez consecutiva la reunión plena de los monarcas; sin embargo, se debe hacer la salvedad de Sudáfrica 2010, donde el número de miembros campeones era de siete.
Recordemos, además, que a partir de Alemania 2006, el campeón vigente no se califica de oficio y debe pasar por el filtro de su eliminatoria respectiva.
No siempre. Tener el pleno de campeones es algo que le da prestancia a la respectiva Copa..., pero no siempre se logra.
Curiosamente, aún cuando el mencionado club solo tenía un miembro, Uruguay, no fue posible contar con la Celeste para las Copas de 1934 y 1938, pues se negó a participar.
Los uruguayos son los que tienen el dudoso récord de registrar el mayor número de ausencias tras consagrarse campeones.
Amén de 1934 y 1938, fallaron en 1978, 1982, 1998 y 2006.
Inglaterra le escolta en ese escalafón de pifias: luego de ganar en 1966 –su único título– no hicieron acto de presencia en 1974, 1978 y 1994.
La Celeste y el Equipo de la Rosa comparten otro récord a la baja: son los únicos que hicieron el papelón de no asistir a dos mundiales consecutivos.
Italia solo falló en clasificarse al de 1958; sin embargo, recordemos que como monarcas vigentes en el 2010, sufrieron la ignominia de sufrir una eliminación en primera fase..., como Brasil en 1966 y Francia en el 2002.
Brasileños, argentinos, franceses y, ahora, los españoles nunca fracasaron en asistir a una Copa del Mundo tras ganarla.