EscucharChile cumplió ayer en su debut mundialista. Sufrió un poco, pero cumplió, y su esperada victoria sobre Australia le agregó una dosis extra de preocupación a España.
:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/BYKZIDB7WBG2TE5E545TRJYYEE.jpg)
El chileno Alexis Sánchez celebra la primera anotación ante Australia, apenas al minuto 12 del juego. Mauricio Isla (4) se suma al festejo. | AP (Kirsty Wigglesworth)
El 3-1 sobre los oceánicos representa para los chilenos un buen paso hacia los octavos de final y para los españoles, la obligación de sacar una victoria abultada en el juego del miércoles entre ellos.
Si Chile muestra el ritmo arrollador que tuvo ayer durante los primeros minutos del cotejo ante los australianos, es un hecho que habrá nuevo campeón del mundo.
Antes de que se cumpliera el primer cuarto de hora, los socceroos ya habían ido en dos ocasiones al fondo de la red para sacar la pelota.
Los goles de Alexis Sánchez (12’) y Jorge Valdivia (14’) cumplían los presagios de que Chile sería el torbellino que fue durante la eliminatoria suramericana y Australia, la cenicienta del grupo que comparten con los dos finalistas de la última Copa del Mundo.
Sin embargo, el descuento de los oceánicos equilibró las acciones durante buena parte de la segunda etapa y sembró algunas dudas en el desempeño de los dirigidos por Jorge Sampaoli.
Por momentos, los chilenos perdieron presencia en la mitad de la cancha, cedieron a su rival la posesión del balón y se fueron con alegría al ataque sin resguardar bien sus espaldas.
El descuido dio pie a una serie de aproximaciones australianas, que si se repiten el miércoles en pies españoles podrían costarle caro.
Bastante claro lo tiene el técnico suramericano, que tras el juego reconoció los errores de su equipo y enumeró las licencias que no pueden permitirse ante una España herida, pero no muerta.
“Tenemos que saber que hoy (ayer) tuvo una caída, pero que es uno de los mejores equipos del mundo”, observó Sampaoli.
Ayer, Chile no sentenció el juego cuando estaba al alcance de su mano. Tenía todo para conseguir la segunda goleada del día y se enredó en sus ansias. Por lapsos fue errático en el toque de balón y víctima de un rival que durante el complemento supo esperarlo para responder con peligrosos contragolpes.
El tercer gol –obra de Jean Beausejour en tiempo de descuento y tras una seria ofensiva australiana–, no ocultó los errores de una selección chilena que si bien no tuvo un debut de ensueño, podría reivindicarse haciendo historia en el segundo juego.
