Camilo Zúñiga experimenta en soledad el odio brasileño
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Río de Janeiro. EFE La explosión, la agresividad y la potencia que le atribuyen a Camilo Zúñiga en el fútbol parecen ahora pruebas para condenar al colombiano, el más odiado por 200 millones de brasileños, un demonio que merece un fin, el punto en la mira de miles que lo amenazan e insultan en las redes sociales.
El lateral derecho de la selección cafetera y el Nápoles italiano ha pasado 24 horas intentando acertar con palabras una forma de expiar su culpa por el rodillazo, ese sí certero, que fracturó la tercera vértebra lumbar de Neymar y le sacó del Mundial.
“ Colombiano maldito ” , tituló en su portada el diario O Dia , de Río de Janeiro, el día después de ese triste 4 de julio, en tanto que exfutbolistas de renombre como los excampeones mundiales Ronaldo, Fabio Cannavaro y Lothar Matthäus condenaban la entrada y pedían una sanción ejemplar.
Desde Cotía, donde Colombia estableció su cuartel en el Mundial, el jugador de 28 años divulgó una carta al brasileño.
“Neymar, te admiro, respeto y te considero uno de los mejores jugadores del mundo. Espero tu recuperación, que vuelvas pronto, para que nos sigas animando en el fútbol”, escribió.
“ Siento pesar por esta situación que resulta de una acción normal de juego, la cual no tuvo mala intención, maldad o imprudencia de mi parte”, manifestó.
Pero el astro caído en acción le ha soslayado.
En un vídeo dirigido a los aficionados, Neymar afirmó: “Mi sueño no acabó. Fue interrumpido por una jugada, pero continúa. Tengo certeza de que mis compañeros van a hacer de todo para que pueda realizar mi sueño, que es ser campeón”, agregó Neymar.
Quizá la declaración del astro del Barcelona, que no menciona al verdugo, entre líneas deja leer que su lesión fue unos de esos lamentables gajes del oficio. ¡Gallardo!
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