Por su estatura son el blanco de las bromas en el camerino.
Con 2,15 metros, Juan Carlos Rosich Pérez, del quinteto de Cooperservidores Escazú, es el jugador más alto del campeonato de la Liga Superior de Baloncesto que empieza hoy con la participación de seis equipos.
Mientras tanto, José Mario Palma Araya, de Coopenae San Ramón, es el más pequeño del torneo, con 1,64 metros.
Entre ambos jugadores hay una diferencia de 51 centímetros, que es notoria a simple vista, pero su pasión los lleva a medirse en un rectángulo.
Rosich, de 27 años y 120 kilos, es el de más experiencia tras jugar y estudiar en los Estados Unidos, mientras Palma, de 20 años, apenas cumple su segunda campaña con los poetas.
“Me sé todas las bromas para las personas altas, me las han dicho todas. La más común es la que dice: ‘¿Cómo está el clima allá arriba?’ Siento que sin importar mi estatura, me gané el respeto de los compañeros y de la afición”, dijo Rosich, quien es corredor de bolsa.
Palma, estudiante de Ingeniería Eléctrica, tampoco escapa a la mofa de sus coequiperos, quienes lo bautizaron como la Hormiga Atómica y Speddy González.
“Al ser novato, uno siempre recibe bromas y más por ser el pequeño del equipo, pero eso no me afecta. A veces me río de las ocurrencias de mis compañeros”, explicó Palma.
A Juan Carlos siempre le toca enfrentar a los hombres grandes, mientras José Mario debe echar mano a su agilidad y velocidad como distribuidor, para sacar ventaja en la cancha.
Tanto Juan Carlos como José Mario tienen como objetivo salir monarcas de la Liga Superior de Baloncesto.
“Es difícil decir quién es el favorito. Barva y San Ramón se han reforzado muy bien, pero desde mi punto de vista Escazú es el candidato al cetro”, dijo Rosich.
Por su parte, Palma indicó: “Si queremos volver a ser campeones, hay que ganarle a todos los rivales que enfrentemos”.