La campeona nacional de salto alto, Alejandra Gómez, recibió ayer su primera medalla de oro con su hijo Saúl Vargas en brazos.
Saúl tiene ocho meses de nacido y la orgullosa madre contó que desde que estaba en su vientre, nunca dejó de lado su pasión por el atletismo, sino que continuó participando en las competencias aunque fuera para apoyar a otros atletas.
Gómez se coronó ayer como campeona luego de imponerse con una altura de 1,60 metros en la prueba de salto, y decidió recibir la presea con su hijo para que el pequeño tuviera un mayor acercamiento con ese deporte.
Alejandra es acreedora del récord nacional de esta especialidad, con una marca de 1,76 metros que ni ella logra superar.
Tras el embarazo, la joven se mantuvo fuera de competencias alrededor de dos años. El Campeonato Nacional es apenas la segunda prueba desde que volvió, y dice estar preparada para asumir el rol de madre, esposa y deportista de alto rendimiento.
“Mi objetivo para este año es lograr mejorar esa marca que yo impuse. Estoy en muy buenas condiciones y tengo mucha confianza, ya retomé las competencias para tener la seguridad de antes. Ahora debo entrenar más y hacer bastante sacrificios”, dijo.
Junto a su entrenador, Francisco Figueroa, la atleta espera competir en el Centroamericano de Nicaragua que se celebrará a mediados de junio próximo.
Para participar en ese torneo, la joven dijo que necesita recibir más apoyo económico.