Profesionales en educación física, fisioterapeutas y nutricionistas han aumentado su clientela gracias a la moda de correr.
Los más buscados son entrenadores personales y masajistas, pero este grupo de profesionales, más algunos especialistas en ortopedia, por ejemplo, también se han visto beneficiados por la cantidad de pacientes que tienen.
Según Karina Fernández, fisioterapeuta y triatleta profesional, ahora sus consultas están llenas de atletas aficionados que la buscan para solucionar problemas físicos y poder seguir entrenándose regularmente.
“Es un negocio porque la gente más aficionada es la que más se cuida, son más metódicos en cuanto a terapias, alimentación y masajes”, explica Fernández.
Esto se debe a que la mayoría de personas que corren por recreación tienen otras actividades a diario (trabajo o estudio) que deben continuar, así estén con una molestia, y como “disfrutan tanto correr”, no quieren detenerse.
Carlos Madrigal, especialista en entrenamiento físico y personal, explica cuánto ha cambiado su trabajo en los últimos tiempos, en los que ya dejó de ser solo instructor dentro de un gimnasio.
“Entreno a 42 personas, en Cipreses (Curridabat) y Escazú. Antes me mantenía con personas por aparte y decidí unirlos en un grupo porque cada vez eran más lo que llegaban a preguntarme sobre los entrenamientos para correr”.
Un entrenador cobra entre ¢15.000 y ¢30.000 colones, aproximadamente, mensualmente por guiar las prácticas de un atleta. La mayoría ofrece planes de entrenamiento que también incluyen tareas extras para realizar en el gimnasio.
Sin embargo, también existen los centros de alto rendimiento donde se puede entrenar bajo un régimen un poco más estricto. Hypoxic (ubicado en Cartago) es un ejemplo de este tipo de lugares, donde los planes de entrenamiento mensuales van desde ¢25.000.
Mauricio Madrigal, director de atletismo en ese centro en Llano Grande, confirma que el aumento de la demanda de personas que quieren entrenarse de forma correcta le ha dado más empleo.
“Esto es un buen negocio, la verdad es que no pasamos penurias, económicamente hablando es un buen negocio. Yo antes tenía mis clientes personales, pero ahora todos son mediante Hypoxic”.
Generalmente los grupos de atletismo fijan horarios de dos o tres entrenamientos por semana, más alguna carrera, ya sea de competencia u organizada por los mismos entrenadores de equipo.
Por otro lado, el negocio se extiende al comercio de marcas de ropa e implementos deportivos especiales para correr, aunque los expertos consideran que es más importante tener buena asesoría y calzado para tirarse a la calle.
Para iniciar. Económicamente habría que cotizar pagos a un entrenador, a un fisioterapeuta y a un nutricionista para iniciar, de manera correcta, la práctica del atletismo.
Luego las tenis y el reloj indicados y algo de ropa. Pero Karina Fernández aconseja que lo primero es someterse a un chequeo médico que descarte cualquier problema de salud. “Lo necesario es hacerse un electrocardiograma y conseguir unas buenas tenis, que vayan de acuerdo al pie de cada persona, porque eso evitará lesiones”, dice.
Y de los demás servicios, el principal, para el arranque, es tener entrenador, porque aunque muchos corren sin asesoría lo ideal es tener a “un profesional que te ayude”.