Juan Carlos Solórzano cruzó la meta en la Maratón de Chicago sin saber que era el primer tico en hacerlo, pero con la satisfacción de sumar su novena carrera de 42.195 kilómetros.
Este atleta de 37 años es un trotamundos de la disciplina, pues todas las competencias las ha hecho fuera del país.
La aventura se inició en el 2011, en Nueva York, y desde entonces, asegura, se enamoró de esta distancia.
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Después siguió Chicago (2012-2016), Filadelfia (2013), otra vez Nueva York (2014), Boston (2014-2016) , Berlín y Róterdam (2015).
De hecho, fue en Holanda donde consiguió su mejor marca, 2:43:00, mientras que en la Ciudad de los Vientos hizo 2:49:09.
"Lo he convertido en mi estilo de vida, armonizándolo con mi trabajo", afirma Solórzano, quien es abogado de profesión.
Nueva York marca un punto y aparte para Solórzano, porque además de ser su primera maratón, tres años después hizo lo mismo que en Chicago: ser el mejor costarricense.
"Se sacrifican muchas cosas para poder cumplir con el entrenamiento y el trabajo, pero cuando te gusta algo, buscas la forma de adaptar las dos cosas", comentó.
Este año era la segunda ocasión que corría en Chicago, después de haberlo hecho en 2012.
Pese a que en esta oportunidad destacó entre todos los ticos, afirma que no fue su mejor carrera.
"Fue algo que no esperaba, me tomó por sorpresa para esta maratón, ya que no me sentí muy bien. El domingo fue de esos días en que uno se levanta y desde que empieza a correr no se siente bien, en el periodo de preparación tuve un momento de adaptación a una dieta, por un asunto de salud, y me costó acomodarme", contó.
De igual manera, eso no fue impedimento para disfrutar la maratón: "Al fin de cuentas se disfruta porque uno no se dedica a esto".
Su pasión por el deporte lo lleva, incluso, a planificar sus vacaciones de acuerdo a las maratones.
"Mi esposa y yo llamamos a esto el turist-run. Programamos vacaciones en función de las carreras".
Asegura que la ayuda de su familia es fundamental: "Me apoyan en todo esto, porque si uno no tiene el respaldo de la familia, no sería posible llevar este estilo de vida, porque en cierto modo ellos se tienen que sacrificar", apuntó.