¿Cuántos goles tenía que hacerle Costa Rica a Guyana para llevarse el aplauso? Si hubiera sido un triunfo ajustado, las críticas lloverían a raudales, porque ante un rival tan limitado solo la goleada valía; pero entonces ¿por qué siete no alcanzan?
Ni 10, 15 ó 20 anotaciones hubieran hecho la diferencia porque no se puede maquillar una cuadrangular mala con una goleada ante el “remalo”.
Por eso estoy convencido que hay un gran hito del futbol tico que los anales de la historia no registraron, un título mundial, una final cuando menos, un hecho tan grande que la afición recuerda.
Y además de que no lo olvida, le sirve de comparación porque la euforia del triunfo, de la goleada, de la clasificación, pocas veces dura más que unos minutos.
Y entonces casi de inmediato viene el pesimismo disfrazado por un discurso de autocrítica.
¿Por qué a Costa Rica se le exige como a España o Argentina? ¿Por qué si el futbol costarricense vive una de sus peores épocas todo el mundo espera una selección avasalladora?
¿Fueron los tres mundiales los que nos pusieron delante del resto? ¿La holgada clasificación del 2002 que vino precedida de una sufrida cuadrangular? ¿El cuarto lugar de un Mundial juvenil que apenas si hizo mella en la mayor?
La verdad me cuesta entender por qué si la mayoría de la afición recalca casi a diario que el futbol tico es malo, no se aplaude ahora una clasificación a la hexagonal.
Y ojo, esto no es el discurso del conformismo o la mediocridad, es nada más el de la realidad.
Pesimismo. Por ahí leí que el tico ya no come cuento; que nadie se cree el discurso de la Sele. Yo creo que sí, que el tico, o una buena parte, sí come cuento, solo que otro: el pesimista, el de “no servimos”.
Y que quede claro: yo soy el primero que cree que la Tricolor quedó debiendo, que se sufrió demás y que si no se mejora, el Mundial lo veremos por la tele ¿Pero en qué ayuda asegurar, desde ya, que se irá a hacer el ridículo a la hexagonal? ¿De verdad vale la pena sufrir por adelantado?
Aquí no se está prometiendo el boleto a Brasil, no se está diciendo que la hexagonal será un paseo. Solo se está invitando a ser positivos, a esperar lo que venga y valorar que por lo menos se avanzó.
Y si no saquen un par de minutos para reflexionar si estar eliminados los haría sentir mejor. Vayan y sientan un poco del luto que hoy se vive en Guatemala o El Salvador, ahí donde el reloj se reseteó y la espera es ahora no de dos, sino de seis años, donde una generación de jugadores ya se perdió y un sector de la afición no estará para ver si en el 2018 sí se pudo.
No hay duda, el camino a Brasil es casi seguro que será espinoso, ¿pero para corroborarlo, no había primero que clasificar?