Los Spurs de San Antonio llevaban todo el año esperando el momento de la final ante el Heat de Miami, una revancha tras una tragedia.
Pues dicho desquite no pudo empezar de una mejor manera.
Los texanos, campeones del oeste, vencieron 110-95 en el primer partido de la serie por el título de la NBA , enviando un claro mensaje a sus oponentes de turno.
Este se basa en que no habrá instantes de vacilación propia y en que si hay uno del rival, lo utilizarán.
Ayer, Tim Duncan, Tony Parker, Manu Ginóbili y compañía, siempre anduvieron cerca de los actuales bicampeones de la liga. No permitieron que se les alejaran en la pizarra, más allá de los 25 puntos que tuvo la estrella LeBron James.
Todo para que en el instante exacto, con cinco minutos y 20 segundos en el reloj y con un 90-90 en el marcador, soltaron las amarras.
Aprovecharon que James dejó la duela del AT&T Center por un tirón en su pierna izquierda y arrancaron una corrida de 20-5 para meterse el juego a la bolsa.
Resultó una clínica de juego de parte de los vencedores. Una que ejemplificó el por qué tuvieron el mejor récord de la temporada regular. Una que graficó lo que significa el baloncesto colectivo.
En ese lapso brilló Duncan, cargando a una franquicia que durante su carrera hizo crecer desde su debut en el ya añejo 1997. Al parecer, cuatro cetros de monarca no le son suficientes.
El poste acabó con 21 puntos y diez rebotes para otro doble doble más en play-offs . Es el 156 y ya está a solo uno del récord de Earvin Magic Johnson, de los Lakers.
También destacó Parker, quien desde afuera de la canasta colaboró con 19 unidades y ocho asistencias. Realmente no hubo mucho rastro de la lesión de tobillo que lo puso en duda para el arranque de la lucha y por supuesto, Ginóbili, con 16 puntos y 11 asistencias.
Al cierre del compromiso, trascendió que la dolencia de James no es grave y que podrá estar en el juego 2 del próximo domingo, una vez más en San Antonio.