Limón. Si por las vísperas se saca el día, como dice el viejo refrán, no hay duda que para el cantón central de Limón y zonas circunvecinas se avecinan mejores tiempos.
Unos 80 muchachos, colegiales en su mayoría, son los protagonistas de una iniciativa que se encuentra en pleno movimiento, merced a una alianza surgida entre un grupo de veteranos basquebolistas y jóvenes empresarios y profesionales locales, quienes desean con ahínco mejorar la situación social que se vive en la ciudad caribeña.
Ambos sectores, bajo la figura juridica de Sociedad de Desarrollo Deportiva del Caribe (Sodeca), pretenden, mediante una incuestionable gestión administrativa, alcanzar la formación deportiva y personal de los adolescentes.
Todo cobijado bajo el manto de Limón Sharks, el nuevo equipo en la primera división del país.
“Queremos llegar a consolidar uno de los mejores proyectos deportivos de Costa Rica de los últimos años, con el ánimo de que el baloncesto de Limón recupere el lugar de liderazgo a nivel nacional y sea productor de una nueva generación de jugadores para beneficio del país”, contó el doctor Guillermo Kivers, quien ejerce como presidente de la organización.
La iniciativa, que ha crecido como la espuma, llegó en un momento más que oportuno para una población repleta de muchachos que, aunque tienen todo el biotipo y el potencial para destacar en el mundo del deporte, se pierde precisamente por la falta de una oportunidades en su comunidad.
“Como equipo tenemos una visión compartida de recuperar los valores y generar un desarrollo integral y sostenible en el baloncesto de nuestra provincia. Nuestra misión es inclusiva, con ello pretendemos consolidar esfuerzos enfocados a un bienestar social”, comentó el licenciado Óscar León, el vicepresidente de Limón Sharks.
Recuperar respeto. Alrededor del proyecto hay una gran expectativa, porque se tiene cifrada la esperanza de que, a mediano plazo, el baloncesto de Limón podría recuperar el respeto, gloria y brillo de años idos.
Ese reverdecer del básquet en el Caribe costarricense únicamente puede darse a partir de un cambio generacional. Algo de lo que son conscientes los jugadores más veteranos del grupo, quienes están dispuestos, pese a sus años e incluso canas en algunos, a dar el máximo esfuerzo para tener al equipo ubicado de media tabla hacia arriba y con ello evitar el descenso, de forma que ganen el tiempo necesario para que los novatos crezcan.
Algunos de esos experimentados como Herman Cito Robertson, Billy Fleming, Marlon Samuels y Libert Cohen, ya eran figuras consolidadas en el baloncesto nacional antes de que algunos de sus nuevos compañeros nacieran.
Y Stephan Campbell, de 16 anos y 1,95 de estatura, es ejemplo de ello: su padre Winston, un nato tirador de tres y figura estelar en los equipos de Limón y Liceo de Costa Rica, entre otros, jugó con quienes ahora son sus maestros.
“El programa alcanza en la actualidad a unos 80 jóvenes. La reacción ha sido excelente por la respuesta a los entrenamientos. La afluencia es constante y muy disciplinada, lo cual advierte que están ilusionados”, contó Dave Milliner, otro de los jugadores de amplia experiencia en el plantel y miembro fundador del proyecto.
Las nuevas generaciones “cursaran” la teoría del baloncesto en las escuelas y los campamentos, mientras que la actividad competitiva la ejecutarán en distintos torneos interescolares, colegiales y campeonatos regionales.
“A los muchachos intentamos enseñarles los mejores conceptos técnicos y tácticos para que vayan creciendo con bases firmes hacia el éxito deportivo. Pero, al mismo tiempo, se les recalca que esta misma disciplina los lleva a ser triunfadores en el estudio, alcanzar una profesión. A este aspecto también le damos seguimiento porque es muy importante para nosotros, para estar en el proyecto deportivo tienen que ser buenos estudiantes”, puntualizó Milliner.