Muy bien: Gareca vino-ca, Gareca vio-ca, Gareca se fue-ca. Vini, vidi, ¡pero no vici! No atravesó el Rubicón… perdón: el Virilla. El zanquilargo, elusivo técnico -melena virgen de peine y aire de cantautor barato- honró nuestras lujuriosas playas, comió brócoli al pie del Turrialba, dio bandazos a babor y estribor con sus caderas de avezado tanguero en boîtes farandulosas, conquistó a esas malinches que celebran al “ahorcado más bello del mundo” (Márquez) en cualquier forastero… Y partió con las golondrinas.
Los técnicos albicelestes que hemos recibido con pompa y circunstancia, han resultado fiascos como el Aconcagua. No porque Argentina carezca de entrenadores, sino porque nuestros directivos sucumben al canto de sirena de cualquier atorrante de esas latitudes. La medusa entorna los ojos… Y caen subyugados, derretidos de arrobamiento. ¿Por qué no Menotti, Bilardo, Basile, Passarella, Bielsa, Martino, Sabella, en lugar de un aventurerillo cesado del Palmeiras por su desastrosa campaña?
Luego de la gesta épica de 2014, la Fede cometió el error de jugar de… pues sí, de eso. A la Sele le iban a sobrar novios. No repararon en que nuestro octavo puesto tenderá a bajar o, a lo sumo, a repetirse Un predicamento para el técnico: ambas instancias serán percibidas como declive. Si baja, porque baja, si se mantiene, porque ya no seremos impacto, revelación. Nadie quiere comprarse tal problema. El pleito de gallinas Pinto-Fede se convirtió en chiste planetario. Humoristas a pesar nuestro. El mundo sabe cómo son tratados nuestros técnicos -¡aun cuando regresen aureolados de victoria!- ¿Quién querrá hacer las veces de nuevo pelele?
A Chope lo descalifican por su “falta de experiencia”. Alguien profirió el dictamen, y todo el mundo lo repite acríticamente. Dirigió 6 partidos, ganando 4 y empatando 2. Igualó contra un Uruguay sediento de sangre, y atrincherado en su propio reducto.
Le reprochan el delito de tener 38 años. Fontana, Zagallo, Menotti, Beckenbauer hicieron campeones a sus selecciones con la edad de Chope No cae mal, revisar la historia. Que la Fede busque al nuevo técnico en el Carlos María Ulloa: ahí encontrarán gente de experiencia, y no tendrán que lidiar con un bisoño adolescente de 38 años.