Nueva York. AP. Mariano Rivera le dijo adiós al Yankee Stadium con abrazos, lágrimas y vítores.
El relevista más aclamado en la historia del béisbol tuvo una emotiva salida del terreno anoche.
En su última presentación con el famoso uniforme a rayas de los Yanquis, el capitán Derek Jeter y Andy Pettitte acudieron al montículo para retirarlo con dos outs en el noveno inning de una derrota por 4-0 frente a los Rays de Tampa Bay.
“Es hora de irse” , pareció que Jeter le dijo a Rivera.
Durante cuatro minutos en que los 48.675 aficionados que llenaron el estadio estallaron en sonoros vítores, Rivera, sobrecogido por la emoción, sollozó mientras colocaba el rostro en el hombro de Pettitte y luego abrazó a Jeter.
Pettite también se retira cuando la campaña finalice este domingo.
El ver a los tres peloteros en el montículo fue algo extraordinario en un deporte en el que el manager prácticamente siempre sale al campo para cambiar al lanzador.
“Agradecí mucho que ellos salieran”, afirmó Rivera después del partido.
El relevista, que retiró a cuatro bateadores seguidos, se enjugó los ojos con ambos brazos mientras salía del diamante y arrojó un beso a los aficionados en la primera fila detrás del dugout de los Yanquis.
Abrazó a un Girardi lloroso en la caseta, tomó una toalla para enjugarse las lágrimas y volvió a salir, quitándose la gorra para agradecer a la multitud. Mientras tanto, los Rays aplaudían desde su dugout.
Para el cierre de la temporada regular, Rivera podría debutar como jardinero central
El taponero de 43 años, que juega su temporada 19 en las Mayores, ha dicho que le gustaría jugar en el jardín central.
El manager de los Yanquis, Joe Girardi, indicó que contempla la posibilidad de que lo haga cuando Nueva York termina la temporada con una serie de tres partidos en el estadio de los Astros de Houston.