Un nuevo escándalo sacude al futbol costarricense. La Fiscalía detuvo ayer en su casa al presidente del equipo Limón FC, Carlos Pascall, como sospechoso de lavado de dinero por un monto cercano a $30 millones (¢15.433 millones).
Según la investigación del Ministerio Público, el dinero provino de Rodney Morrison, quien descuenta una condena a 10 años de prisión en Nueva York por fraude en el comercio de cigarrillos libres de impuestos.
El fiscal adjunto de Delitos Económicos, Guillermo Hernández, reveló que Morrison y Pascall son hermanastros y vivieron juntos en Estados Unidos. Morrison tiene pasaporte de ese país, aunque es costarricense.
Morrison comercializaba cigarrillos en una tienda de la reserva indígena Poospatuck, en Long Island, donde podía venderlos libres de impuestos, a los residentes. Se presume que aprovechó la situación para realizar tráfico ilegal en sitios fuera de la reserva.
La Oficina Federal de Investigación de Estados Unidos (FBI por sus siglas en inglés) le siguió la pista y se le detuvo en el 2004. Se le vinculó con otros delitos de crimen organizado como extorsión, homicidio de un rival en el negocio del tabaco e incendio aunque resultó absuelto de esos cargos.
Antes de su arresto, y al saber que era investigado, hizo transferencias de $10,3 millones aun fondo de inversión suyo en el Banco de Costa Rica al que Pascall tuvo acceso mediante un poder. También le habría hecho transferencias directas por unos $17 millones.
Medidas. Hoy, la Fiscalía pedirá seis meses de prisión preventiva contra el empresario tico, cuyo nombre completo es Carlos Howden Pascall, pero se le conoce por su segundo apellido.
Se le atribuye el delito de legitimación de capitales o lavado de dinero que tiene penas de 8 a 15 años.
Agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) lo detuvieron a las 5:55 a. m. en el allanamiento a su casa en el sector de cerro Mocho, en Limón centro.
El fiscal confirmó que el jerarca tenía ¢23 millones (entre dólares y colones), en bolsas plásticas debajo del respaldar de su cama.
Las cuentas del dirigente fueron “inmovilizadas” y sus bienes quedarán “anotados”, dijo Hernández. Se trata de 34 vehículos entre, motos y carros; y 30 propiedades.
Con esta medida, quien busque información sobre los bienes en el Registro Nacional sabrá que están afectados por un proceso penal.
Los oficiales del OIJ también ingresaron a las oficinas del equipo y a otras cinco propiedades de Pascall como un restaurante y una discoteca, ambos en playa Bonita.