El levantar su brazo derecho ante un oponente zurdo, le costó al judoca Osman Murillo el haber sido eliminado del camino al oro centroamericano en la disciplina de judo.
Fue a poco más de dos minutos de que se iniciara el combate de los 73 kilos, cuando el salvadoreño Carlos Figueroa se aprovechó del “descuido” del costarricense y lo mandó, sin dudar, al piso.
Dicha acción, que provocó un gesto de dolor en Omar Murillo, padre y entrenador de Osman, le generó 10 puntos a Figueroa.
Después de este movimiento, la pelea se puso cuesta arriba para el criollo, quien por más que trató de derribar al cuscatleco, no lo consiguió, y más bien se desgastó con cada arremetida que intentó.
Conforme pasaron los segundos el apoyo del público en San Sebastián, que coreaba y motivaba a Murillo, se fue convirtiendo en presión, y al final, en resignación.
Así lo calificó el padre de Osman, quien reconoció que el rival tenía las mismas posibilidades de su vástago sobre el tatami.
“Es muy difícil (la derrota), como papá estoy muy dolido, pero como entrenador entiendo que eran dos y que el salvadoreño es uno de los mejores de la región. Tengo que aceptar eso y corregirle a Osman el error que cometió”, expresó el técnico poco después del combate.
El entrenador y padre, quien tiene 20 años de ejercer dicha profesión, comentó que “el judo es aprovecharse de los errores y la fuerza del contrario, entonces, eso aprovechó el otro muchacho”.
Y es que las apuestas antes de comenzar la jornada estaban a favor de Murillo, vecino de Barrio Córdoba, quien el año anterior compitió en los Juegos Olímpicos.
En aquella competencia, disputada el 30 de julio del 2012, Murillo, de 27 años, no pasó de la primera pelea, en la cual perdió contra el egipcio Houssein Hafiz.
“Venimos de hacer un ciclo olímpico muy exitoso, donde se había logrado este título y se habían conseguido cosas a nivel centroamericano y del caribe, y, es obvio que la gente esperaba la medalla de oro”, comentó ayer Osman.
Poco apoyo. Aunque su hijo no le dio importancia al tema cuando fue consultado, Omar Murillo indicó ayer que una de las posibles razones por las que perdieron fue por el poco apoyo por parte del gobierno.
“La preparación debió de ser con un mínimo de tres meses, pero solo tuvo (Osman) un mes; la Proveeduría no “tiraba” (enviaba) el dinero al Comité Olímpico, y este no podía darle plata para que viajara, la idea era que él se fuera desde el dos de enero a Brasil”, expresó el padre debajo de las graderías.
“A los salvadoreños los mandan a Japón, a veces hasta tres meses, eso es lo mínimo de un entrenamiento, no un mes”, añadió.
En la noche, tras asimilar la frustración de no conseguir el oro, Osman consiguió el bronce, en el combate que disputó ante Amado Molina, de Panamá.
Como lo dijo en la mañana, cuando había perdido su objetivo inicial: “Hubiera preferido el oro”. Será en otra: el deporte es así.