Los fans argentinos, todos de celeste y blanco, entonaron sus clásicos cánticos de estadio, mientras que los sudafricanos respondieron con su himno e hicieron sonar las vuvuzelas. Las hinchadas se alternaron, pero sonaron cada vez más fuerte hasta la aparición del conjunto albiceleste.
Sólo los alumnos de las escuelas sudafricanas apadrinadas por la embajada de Argentina conciliaron las partes, cuando se sumaron entusiastas a las vivas argentinas y aprendieron las canciones que les enseñaron los hinchas albicelestes.
Cientos de fans argentinos se quedaron en tanto afuera del predio, al colmarse la capacidad de la tribuna del campo de juego del Centro de Alto Rendimiento universitario.
La selección argentina fue ovacionada por todos, en especial el técnico Maradona, aunque luego se notó una marcada preferencia de los sudafricanos por Lionel Messi. Los argentinos, por su parte, aclamaron a Martín Palermo y Carlos Tevez.