Desde pedir una bicicleta prestada, hasta intercambiar indumentaria es lo que viven los jóvenes de Nandayure y El Guarco, quienes cumplen el sueño de competir en los Juegos Deportivos Nacionales.
La etapa de ciclismo de ruta de este miércoles en Tucurrique de Jiménez, en Cartago, se vivió con intensa pasión y entrega de parte de los jóvenes, que pasan un año preparándose para brillar en la competencia juvenil costarricense.
Pero no todo es color de rosa. Lugares lejanos al Gran Área Metropolitana viven situaciones totalmente adversas al lado de comités con más rodaje en el deporte y mejores recursos. Por ejemplo, los comités de El Guarco y Nandayure sumaron su primera participación en ciclismo de ruta en los Juegos Deportivos Nacionales del presente año.
La representación guanacasteca es sorprendente, ya que con bicicletas prestadas, sin patrocinadores y sin experiencia en estas competencias logró clasificar tres ciclistas a la justa juvenil.
Otro ejemplo a rescatar es el ciclismo de El Guarco. Empezaron hace seis meses en el ciclismo de ruta y lograron poner dos medallas en el pecho de una humilde ciclista, Kiana Rodríguez, quien curiosamente se inició en el ciclismo de montaña.
"Es bastante complicado. El Comité solo lo ayuda a uno con lo básico, es decir, con el uniforme; ya lo otro es prácticamente por cuenta de nosotros que nos tenemos que ayudar entre todos", aseguró la ciclista Rodríguez luego de ganar su primera medalla del día.
Rodríguez debutó en Juegos Nacionales y ganó dos medallas, una de plata en Criterium Infantil Femenino, en un circuito por Tucurrique, y otra de bronce, en la Contrarreloj Infantil Femenina, de 10 kilómetros.
"Súper feliz, el primer año en Juegos, con apenas seis meses de haber entrado. Por algo se inicia y vamos por muchas más. Sueño con ganar la de oro, llegar a más carreras y salir del país en algún momento", agregó Kiana Rodríguez.
Por otro lado, Julen Guerrero, oriundo de Nandayure, aseguró que la situación económica es la parte más complicada, ya que no tienen bicicletas de mejor calidad; incluso algunas son prestadas. Eso no les impide competir y entregarse al máximo en cada prueba.
La situación del equipo cartaginés no es tan adversa como la vivida por los guanacastecos, pero sus corredores recalcan que trabajan como una familia; si tienen que compartir cosas, lo hacen; incluso, los muchachos son los mecánicos de sus bicicletas.
"No nos sentimos como los demás equipos que están aquí, si no como uno propio porque todos nos ayudamos. Por ejemplo, si ocupo unos taquillos, alguien me los da. O si alguien necesita y yo tengo, yo se los puedo dar. Estamos ahí, juntos para ayudarnos cuando nos ocupamos", comentó Víctor Ulloa.
De hecho, estas dificultades han hecho a los integrantes de los equipos como una familia, ya que son los que comparten día a día, entrenamiento a entrenamiento, una pasión por el deporte de las dos ruedas.
Los Comités Cantonales de Deportes solo reciben un 3% del presupuesto de las municipalidades, para los múltiples disciplinas que auspician. A veces "no saben de dónde sacar" para ayudar a los jóvenes, a los cuales, por la situación en sus hogares, no se les puede pedir mucho.
Además de los esfuerzos económicos, los jóvenes deben lidiar día a día con los entrenamientos y las clases, incluso dejando de lado las fiestas o salidas con los amigos, con tal de lograr uno de sus sueños.
"El tiempo, el colegio, conseguir las cosas que uno necesita, entrenar en ruta, ya que nunca lo había hecho, y acoplarme al equipo, ya que soy la única mujer", concluyó Kiani Rodríguez sobre las principales complicaciones que debió enfrentar para ganar sus medallas.