Su miedo al mar desde pequeño se convirtió en un profundo respeto. Aquel temor, principalmente por lo tiburones se fue disipando, hasta llegar a hacer de las aguas saladas su segunda casa.
Carlos Muñoz vivió sus primeros nueve años en San José, y la playa era un lugar muy, pero muy lejano para él.
Sin embargo, todo cambió cuando la comunidad de Esterillos lo recibió junto a su mamá y su hermano Alberto.
Allí fue cuando Cali , conocido así desde pequeño, se amigó con el mar. Un día su mamá lo llevó, se bañó y conoció, casi sin saberlo, a quien sería su mejor amigo por el resto de su vida.
Eso sí, falta la otra gran parte que completaría su camino hacia el surf. Un día de tantos, cuando tenía diez años su amigo lo invitó a surfear... “Pero me daba miedo”, contó Muñoz.
Luego de pensarlo, decidió aceptar la invitación y se “mandó” en busca de olas, con una tabla prestada por un amigo.
Fue entonces cuando comenzó la pasión por el surf, sin dejar de lado las “mejengas” en la plaza.
Aunque Muñoz tuvo que lidiar con la negativa de su mamá para conseguir su primera tabla de surf, el ansiado regalo llegó: su misma madre le compró una tabla usada que le costó ¢25.000.
Como la espuma. A sus 11 años, Cali Muñoz recibió el apoyo de Arturo Quirós, se inscribió en el Circuito Nacional en la categoría Mini Grommets (menores de 12 años) y fue campeón nacional.
Entonces su nombre comenzó a calar fuerte, se adjudicó los títulos nacionales en las categorías Grommets, Boys, Junior y hasta la Open. Ya no había duda: era un diamante en bruto, una promesa que se hacía realidad.
Su buen momento atrajo a las grandes empresas patrocinadoras de surfistas, al punto de fichar para Red Bull y Volcom.
En el 2009 le llegó una noticia que le cambió la vida y su carrera. Fue convocado a la Selección Nacional para competir en nada más y nada menos que el Mundial en Costa Rica, realizado en playa Hermosa en Jacó.
A sus 16 años de edad, se convirtió en ese momento en el surfista costarricense más joven en competir en la categoría Open (mayor) en un mundial.
De ahí para adelante su carrera se disparó, y en el 2012 llegaron logros que lo consolidaron.
Así, apenas a sus 19 años Carlos Muñoz es hoy por hoy el máximo exponente del surf costarricense a nivel mundial, superando en su corta carrera a algunos de los más destacados tablistas del país a lo largo de la historia. Y va por más.