Heredia. Belén volvió a frenar el buen caminar morado y lo hizo cuando más duele, apenas en el estreno de su perseguido liderato.
Igual que sucedió en la primera mitad del torneo, cuando los belemitas pusieron fin al invicto de la S (0-2), los dirigidos por Vinicio Alvarado acabaron anoche con una racha de cuatro victorias de los de Tibás y la ilusión de un liderato que fue tan fugaz como los anteriores.
Los florenses volvieron a ser una piedra en el zapato de la S, con un mediocampo tan poblado como el de la visita y el orden necesario para esperar y golpear.
Saprissa, tal y como se esperaba, repitió la alineación que lo puso al frente de la clasificación, con la salvedad de incluir a Deyver Vega desde el arranque por el sancionado Michael Barquero.
La permuta habría sorprendido de no ser porque Vega ya había cumplido con ese rol de lateral en el juego ante Carmelita, pero no dejó de ser una apuesta improvisada.
Y no necesariamente por su desempeño, que fue regular, sino por lo riesgoso de enviar a un extremo a cumplir labores de marca.
Belén, en cambió, se plantó con lo mejor de su planilla y una línea de cuatro reforzada por dos contenciones, una barrera que mantuvo a raya a la S toda la primera mitad.
Más adelante, Ricardo Blanco y Carlos Clark explotaron las bandas en busca de algún descuido de la zaga morada, algún hueco que pudieran aprovechar Marco Mena o Ariel Santana, los dos hombres encargados del ataque belemita.
El sistema no los llevó al gol en esa mitad, pero sí puso a correr a un Saprissa que otra vez naufragó, primero ante la falta de ideas y luego por la ceñida presión local.
Los florenses poblaron el mediocampo con una estrategia que parecen tener más que clara: aislar a Cancela es anular a Saprissa.
Con el uruguayo aparte, el resto de su línea también desapareció, tanto así que los tibaseños solo tuvieron una jugada apremiante en la primera parte: un balón que Alexánder Robinson estrelló en el palo producto de un tiro de esquina.
El gol. La segunda mitad presentó a otro Saprissa, el del toque y la ofensiva, el mismo que deleitó a su afición con un triunfo en Alajuela.
Pero cuando la presión morada parecía que llevaría al gol, Bismark Acosta hizo el suyo, una jugada a balón parado que castigó al equipo que en ese momento jugaba mejor, pero premió al que se entregó en toda la primera mitad.
Daniel Casas se apresuró a mover el banquillo, pero ni el desaparecido Daniel Colindres ni el otrora salvado Ricardo Costa pudieron cambiar la historia.
Al final, Belén frenó la racha de un Saprissa del que se esperaba más, pero que de nuevo dejó claro que la presión del liderato es una con la que al parecer ya no se logra llevar tan bien.