"En esta oficina no se discriminan ideas", advierte Sandra Urbina, directora de la Oficina de Iniciativa Popular (OIP).
Así justifica la funcionaria por qué en el registro de las 1.700 propuestas de la OIP haya algunas fuera de lo común.
Entre las ideas no habituales están las de tres ciudadanos que en 1999, 2000 y 2011, solicitaron se habilite de nuevo la cárcel en la isla de San Lucas para bajar la sobrepoblación en las prisiones.
Otra persona propuso ajustar el calendario para que no haya meses con igual número de días y una más pidió que en las instituciones públicas y empresa privada se cree el puesto del hombre llave para que adultos mayores supervisen trámites.
También hay sugerencias para que la multinacional Intel contrate a más trabajadores del cantón de Belén, donde opera. Además, se planteó la creación del Instituto de Disciplina de la Población, "en el cual se educará a los mayores de 18 años sobre el funcionamiento de la democracia y capacitación ideológica", justifica su proponente.
La mayoría de esas iniciativas no son retiradas para estudio, pero según Urbina, son parte del termómetro de preocupaciones que impulsa a los habitantes a acercarse a la OIP.
"Eso sí, la mayoría de las ideas que entrar aquí tienen sustento", defiende Urbina.
Los temas de religión también están presentes. En una ocasión, un ciudadano pidió que se diera transporte gratuito a los fieles de las iglesias y otro que se exonere de impuestos a toda congregación que tenga pocos miembros y por esa limitante no pueda recolectar suficiente dinero para realizar proyectos.