El biólogo y bioquímico costarricense Pablo Sobrado está cada vez más cerca de hallar antibióticos de bajo costo que permitan luchar contra la tuberculosis, el mal de Chagas e infecciones pulmonares causadas por un hongo llamado el
El investigador, quien trabaja actualmente en la Universidad Virginia Tech, Estados Unidos, recibió este mes premios por casi $3 millones (más de ¢150 millones) que le permitirán seguir sus investigaciones.
Dichos males (contra los cuales no hay medicamentos eficaces) matan al año a más de dos millones de personas, especialmente en los países más pobres.
Sobrado ganó dos prestigiosos galardones. El primero es de $1,1 millones y fue otorgado por el Fondo Nacional de Ciencias de Estados Unidos (NSF, por las siglas en inglés de National Science Foundation.
Este le brindará los recursos para continuar buscando medicamentos contra la tuberculosis –mal que afecta al año a 20 millones– y el hongo
El otro reconocimiento es de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos (NIH, por las siglas en inglés de National Institutes of Health).
Dichos institutos le otorgaron $1,8 millones para desentrañar cómo es que la tuberculosis y el llamado mal de Chagas atacan al cuerpo humano.
El mal de Chagas es una enfermedad sin cura padecida por 18 millones de latinoamericanos y que mata a 30.000 cada año.
Durante los últimos años de investigación, el científico y sus colaboradores hallaron dos puntos débiles que pueden atacarse para evitar esas enfermedades.
Esos son: una enzima común entre la tuberculosis e infecciones pulmonares y, un azúcar que está presente en las paredes celulares del hongo, en el parásito que transmite el mal de Chagas y también en la bacteria que provoca la tuberculosis. “Si la enzima logra desactivarse o el azúcar deja de producirse, estos patógenos no podrían enfermarnos”, explicó Sobrado.
Este estudio se enfocará en desactivar una enzima que produce hierro y alimenta así al hongo
El nivel de hierro normal en el cuerpo humano no es suficiente para permitir la supervivencia de la bacteria ni del hongo, por eso esta enzima secreta el llamado sideforo, sustancia que le permite aumentar el nivel de hierro en el cuerpo humano.
Sobrado tiene claro que se requiere reducir la cantidad de hierro en el organismo para hacer que el hongo y la bacteria mueran “desnutridos”.
“Ya tenemos conocimientos básicos que nos permiten avanzar en ese frente”, aseveró.
Para lograrlo, la iniciativa consiste en desarrollar un antibiótico común que sea capaz de debilitar la llamada galactofuranosa en las personas.
Como su nombre lo indica, la galactofuranosa es un azúcar y está presente en la pared de la célula de la bacteria de la tuberculosis, en el hongo
Este azúcar es originado por la enzima llamada la UDP-galatopyranosa. Según Sobrado, el estudio consiste en desactivar precisamente esta enzima (la UDP-galatopyranosa) para inhibir la producción de ese tipo de azúcar.
De esta manera, el agente de la enfermedad (sea bacteria, hongo o parásito) moriría y no podría atacar al cuerpo.
“Sabemos que este azúcar protege el sistema inmune del parásito y hace que sea más fácil su adherencia al organismo. Estamos trabajando en entender cómo es este proceso y encontrar algo que nos haga debilitar esta enzima”, explicó Sobrado.
En ambos proyectos, el científico tico espera invertir los próximos cinco años de su vida. Pero hay más todavía. En el mediano plazo, él busca también patrocinio para estudiar el leishmaniasis, un mal en la piel que es causado por un parásito y que mata 500.000 personas al año.