¿No tengo tiempo?: Mira tu agenda para la semana y ve dónde puedes colocar el entrenamiento. Quizás puedes correr de camino al trabajo, o a la vuelta del mismo, o una vez que hayas cumplido con tus responsabilidades familiares.
¿He estado enfermo?: No te desanimes si pierdes alguna sesión porque has estado enfermo. Lo importante es intentar hacerlo la próxima vez que estés bien, y ajustar el plan para facilitar la vuelta al ejercicio.
¿No me gusta correr solo?:Comprométete a correr con alguien o un grupo de corredores. Esto puede ayudarte a cumplir el programa de entrenamientos y es más probable que no faltes para no decepcionar a las otras personas.
¿Me aburre correr?: Está bien escuchar música para que te ayude a correr, ya que muchos estudios han mostrado que hay un vínculo entre esta y las sensaciones positivas hacia el ejercicio. Solo ten en cuenta tu seguridad al estar atento a tu entorno.
¿Me da vergüenza?: Esto va a ir desapareciendo cuanto más corras. Acuérdate de que estás haciendo algo bueno por ti y por tu bienestar.
No te olvides de las razones por las que te entrenas, entre las que pueden figurar: completar una carrera, conseguir un récord de tiempo, perder peso, sentirte mejor, enorgullecerte de ti mismo o a tu familia, o bien recaudar dinero para una organización benéfica.