Vacuna experimental contra dengue redujo contagios en 56%

La vacuna experimental contra el dengue del laboratorio Sanofi-Pasteur (farmacéutica que va más adelantada en el desarrollo de este producto) demostró una eficacia del 56% en el estudio fase III (última fase), una eficacia casi el doble de la vista en investigaciones anteriores. “En el estudio participaron 10.275 personas de cinco países de Asia. Falta analizar un estudio fase III en varios países de América Latina, en cuenta Brasil, México, Honduras, Puerto Rico y Colombia”, indicó Sandra Besada, directora médica para Latinoamérica del proyecto dengue de Sanofi-Pasteur.

El dengue es una enfermedad transmitida por los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus. Causa fiebre, dolor de cabeza y pérdida de líquidos. Si se contrae más de una vez, puede desencadenar dengue grave y causar la muerte.

En este estudio, el 4,2% de las personas a las que se les inyectó un placebo, se infectaron con la enfermedad, quienes recibieron la vacuna experimental registraron un 56% menos de infecciones.

Esto es poco comparado al nivel ideal de eficacia de otras vacunas contra otros males infecciosos como la influenza, donde se debe llegar mínimo al 70%.

“Con el dengue no se nos ha dicho un mínimo ideal de eficacia para una vacuna, pues al ser una enfermedad que causa tantos enfermos y hospitalizados, un 56% ya es algo bueno”, dijo Besada.

En América Latina, enferman más de dos millones de personas por año. En Costa Rica, es una enfermedad que el año anterior registró su máximo histórico, con más de 52.000 pacientes.

Paso a paso. En este momento, tres laboratorios farmacéuticos van tras la vacuna contra el dengue.

El proceso comienza con la fase I del estudio, que se aplica en lugares donde no está la enfermedad para ver la seguridad de la vacuna y la respuesta de un cuerpo que no está expuesto al virus.

Posteriormente se hace una segunda fase, con poblaciones en las que el dengue sí se encuentra como enfermedad habitual.

Finalmente, se realiza una fase III en grandes poblaciones y varios países, para determinar que la vacuna realmente tiene la eficacia para proteger de la enfermedad.

La meta de los científicos es cumplir con el reto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de bajar la mortalidad un 50% y la cantidad de casos un 25% para 2020.