Montevideo
Todos los uruguayos serán considerados al morir como donantes de órganos salvo que por escrito expresen lo contrario, informaron hoy fuentes sanitarias.
La decisión surge debido a una nueva ley que entró en vigencia este fin de semana, la cual busca facilitar el acceso a las donaciones.
La normativa "interpreta el silencio como una donación solidaria. Si no queremos ser donantes tenemos que expresarlo y registrarlo" , destacó la directora del Instituto Nacional de Donación de Órganos y Trasplantes (INDT), Inés Álvarez en declaraciones que publica la página digital del diario El País.
Uruguay es uno de los países con mayor tasa de donación de órganos de América Latina pero "aún así no es suficiente y anualmente se mueren personas esperando una donación", agregó.
Hasta ahora en el país si una persona no se manifestaba por escrito a favor de donar sus órganos era considerada como "no donante", pero la nueva ley invierte el orden y todos los uruguayos serán considerados donantes de órganos salvo que se expresen en contra.
Para ello deberán concurrir Instituto Nacional de Donación y completar un formulario donde se le registrará como "no donante", la ley abarca a las personas mayores de 18 años.
Álvarez destacó que el sistema de donación de órganos en Uruguay es confiable y, por ello, el país tiene un alto porcentaje de donantes. "Hay igualdad para todos, sin discriminaciones por raza o clase social", agregó.
A la espera. Actualmente, en Uruguay hay unas 1.000 personas en lista de espera por un trasplante de órgano.
Entre ellas, 426 que esperan por un riñón (dos son niños), 16 un hígado (dos niños), 26 por un corazón (un niño) , seis por un pulmón, 94 por un trasplante de riñón y páncreas, uno por riñón e hígado y más de 400 por un trasplante de córnea.
Anualmente se realizan en Uruguya unos 600 trasplantes, 22 % de órganos, 61,5 % de tejidos y 16,5 % de células.
De los 3,3 millones de habitantes que tiene el país, hasta ahora cerca de un millón eran donantes voluntarios de órganos.
Ticos aguardan ayuda. La legislación de Costa Rica también establece que todos son donadores de órganos luego de su muerte, a menos que la persona exprese lo contrario.
Sin embargo, dicha política no se aplica en los hospitales debido a problemas de gestión, entre otras causas.
Actualmente, en la Asamble Legislativa hace fila el proyecto número 18.246 para reformar esta ley de trasplantes que data de 1994.
La propuesta busca mejorar la gestión y decisiones del manejo de órganos para el beneficio de los pacientes.
Colaboró la periodista de La Nación, Marcela Cantero.