Tras varios años de acción en nuestro país, las bebetecas o bibliotecas para bebés y niños luchan por fomentar la lectura en los ciudadanos del futuro, en momentos en que la tecnología, videojuegos, celulares y películas están a al alcance de los menores en gran cantidad de los hogares costarricenses.
Marielos Porras, de la biblioteca de Tibás, informó que hace más de cuatro años tienen el programa y muchos de los menores que empezaron como bebés siguen asistiendo y demuestran gran interés por la lectura.
Todos los viernes a las 10 a. m. en esa institución se reciben niños desde recién nacidos a cinco años en el programa denominado "Soy bebé y me gusta leer" mientras que de 2 p. m. en adelante llegan los de cinco a diez años en el que se denomina "Arco Iris de lectura".
Para los más chiquitos, la sesión consiste en la narración de un cuento. Las encargadas lo leen antes de que lleguen los niños, de manera que cuando estos llegan se evita leerlo con ellos sino que se les hace una llamativa narración.
Este viernes la sesión para los menores fue sobre "El gusanito cri cri" . Luego de la narración se les enseñan los libros que tienen muchas ilustraciones y con la ayuda de las mamás, abuelitas o acompañantes de los niños hacen con ellos una manualidad con los materiales que la misma bebeteca les ofrece.
Cuando se trató del carro de bomberos ellos armaron uno colocando las ruedas, escaleras y otras partes que se les ofrencen. A veces les toca hacer figuras geométricas con granos como arroz, frijoles, linaza y otros" comentó la bibliotecóloga Porras.
Aunque actualmente a Tibás llegan entre cinco y diez niños a cada grupo, las sesiones están abiertas a todos los interesados. La biblioteca queda un kilómetro al oeste del Más x Menos.
Este proyecto, impulsado por el Sistema Nacional de Bobliotecas del Ministerio de Cultura, también está en otras bibliotecas públicas como la de Moravia y Guadalupe o en zonas alejadas de la capital como Palmares y San Carlos. Muchos centros privados también lo desarrollan.
Porras dijo que a los niños se les hace un carné y llevan libros a sus casas. "Ahora a los muchachos les cuesta leer, pasan mucho en la computadora, por lo que este proyecto sigue ya que a los niños les gusta mucho, salen muy contentos", puntualizó.