Es médico, especialista en cardidología y neumología, y ha dedicado los últimos años de su vida a estudiar los efectos que tiene la nicotina en el cerebro de un fumador. Él evalúa qué es lo que lleva a un cerebro a desarrollar una adicción y las razones neurobiológicas por las cuales para algunas personas es tan difícil dejar el vicio, mientras que para otras más bien es muy sencillo.
Hurt habló de sus investigaciones en el IV Congreso Latinoamericano y del Caribe: Tabaco o salud , celebrado en nuestro país.
La Nación conversó con él de sus investigaciones y de las mejores formas para dejar de fumar. Este es un extracto de lo que dijo.
¿Qué sucede en nuestro cerebro para que el cigarrillo sea un hábito tan adictivo?
La nicotina es una de las sustancias más adictivas y el cigarrillo es el dispositivo para administrar adicciones mejor diseñado y más peligroso que existe. De ahí sus consecuencias.
”La nicotina tiene una característica: cuanto más rápido llega al cerebro, más adictiva es. Cuando usted fuma, a la nicotina solo le toma cinco latidos del corazón llegar desde la punta de sus dedos hasta el cerebro. Allí, la nicotina estimula receptores que generan dopamina, un neurotransmisor que está relacionado con el placer.
”Conforme pasa el tiempo y se fuma más, el cerebro genera más y más receptores, y se necesita más nicotina para obtener el mismo efecto. De hecho, imágenes de resonancia magnética han mostrado que el cerebro de un fumador tiene millones de receptores más que el de un no fumador.
”Cuando se fuma es cuando la nicotina llega más rápido al cerebro, cuando se utiliza un parche, por ejemplo, se llega más lentamente, por eso es que muchas personas sienten que los parches no les funcionan”.
¿Hay personas a las que les es más fácil desarrollar la adicción que a otras?
La respuesta es un rotundo sí. Hay personas que han experimentado el cigarrillo y nunca se hicieron fumadoras; otras personas que fuman mucho, les cuesta muchísimo dejarlo, aunque lo intentan una vez tras otra, sin éxito. Pero hay otras que, simplemente, por más que fumaran muchísimo, deciden dejarlo y lo hacen sin ningún problema.
¿En qué radica esa diferencia?
En varias cosas. Por un lado, la genética tiene un peso; hay un gen que regula los niveles de dopamina y, en algunos casos, se libera más; esto hace que la gente sea más propensa a una adicción. El ser hombre o mujer no es tan determinante; la adicción se da por igual en ambos sexos; lo que sí es que a la hora de dar tratamiento se hace diferente en hombres y mujeres, porque responden a diferentes estímulos.
”Otro factor importantísimo es a qué edad se comenzó a fumar; cuanto más joven se comenzó, más fácil es una adicción. No es lo mismo fumar el primer cigarrillo a los 13 que a los 20. A los 13 años todavía el cerebro está inmaduro; cuanto más le falte al cerebro para desarrollarse, allí es más fácil desarrollar adicción.
Pero si usted tiene un acercamiento con el fumado cuando el cerebro está pronto a terminar su desarrollo o ya lo terminó, desarrollar la adicción será casi imposible. Si usted no se fumó su primer cigarrillo a los 22 años, ya no fumará, tal vez pruebe el cigarrillo, pero la nicotina no podrá generar tantos neurotransmisores como lo hace a edades más jóvenes”.
¿Cómo se determina si una persona ya es adicta?
Una de las señales más importantes es la hora en la que la persona necesita el primer cigarrillo. Si es en la mañana, apenas se despierta o, aún peor, si se despierta en la mitad de la noche para fumar. Esa es una señal de adicción incluso más importante que la cantidad que una persona fuma.
”Sin embargo, la cantidad también es importante. Normalmente, tres cigarrillos ya saturan el cerebro, pero su acción allí puede durar dos horas, así que si la persona está fumando tres cigarrillos cada dos horas, también debe tomarse en cuenta. También los síntomas que experimente si ha tratado de dejar de fumar. Esto se da porque la memoria activa los neurotransmisores; entonces, si usted siempre fumaba después de almuerzo e intenta dejarlo, uno de los principales momentos en los que le hará falta es en el almuerzo. Esto es normal; en lo que se debe fijar es en los síntomas que tiene una persona; no es lo mismo estar de mal humor que comenzar a temblar”.
¿Cómo ayudar a dejar de fumar a una persona con adicción?
No hay una receta fija, pues cada persona es diferente, pero ya cuando se habla de adicción, hay que combinar la terapia psicológica con medicamentos.
”Nada va a sustituir la sensación de un cigarrillo; por eso son necesarias ambas cosas. Hay quienes necesitan hasta dos parches de nicotina en un inicio; otros necesitan largas horas de terapia.
”A alguna gente le funciona dejarlos de golpe; a otra, irlos dejando poco a poco. Eso sí, si se escoge la segunda opción, debe escogerse también una fecha en la que se dejará de fumar del todo, porque si no es más difícil dejarlo.
”Ante todo, hay que recordar que cuanto más temprano se deje el cigarrillo, mejor. Si usted es un adolescente, que una de sus decisiones estúpidas no sea comenzar a fumar. Y si logró llegar a los 22 sin fumar, lo felicito, usted hizo ya mucho por su salud”.