Francel Juárez tiene seis años, desde inicios del 2009 recibe clases de canto, ritmo, apreciación musical, percusión y expresión en el Cinai de Santa Catalina en Pavas, y ya sabe cómo acompañar canciones con maracas, panderetas y triángulo.
“Lo que más me gusta es cantar. Aprendemos canciones muy bonitas. Me gusta cantar porque, cuando canto, me siento feliz y con más energía”, expresó.
Ella es una de los 250 niños beneficiados con el programa “Crecer con la música”, que busca llevar estimulación musical y lecciones avanzadas a los menores que acuden a los Centros de Educación y Nutrición (CEN) y a los Centros Infantiles de Nutrición y Atención Integral (Cinai).
El programa es un esfuerzo del Ministerio de Salud (encargado de administrar los Cen-Cinai) y del Ministerio de Cultura a través del Sistema Nacional de Educación Musical (Sinem).
“Damos estimulación temprana mediante la música. Comenzamos con niños desde los tres años y les damos lecciones de canto, ritmo y percusión. Nuestra meta es que cuando terminen su educación en el Cen-Cinai y entren a la escuela, ingresen en una de las escuelas de música del Sinem y aprendan un instrumento”, dijo Patricia Rodríguez, coordinadora de programas especiales del Sinem.
El objetivo del programa consiste también en dar nuevas herramientas a los menores de escasos recursos para que se desarrollen en diferentes ámbitos de su vida.
El conocimiento musical potencia la memoria de los niños, les hace adquirir disciplina y les fomenta una actividad más sana. Las presentaciones en público les ayudan a tener seguridad y aprender formas de expresión.
“Este proyecto es una experiencia extraordinaria para los niños, para poder alejarlos de la drogadicción y otros peligros. Lo veo como una importante disciplina para la formación de sus vidas”, dijo Sonia Camacho, jerarca de la Dirección General de Nutrición y Desarrollo Infantil, del Ministerio de Salud.
Los padres de familia ya notan cambios favorables en sus hijos.
“Estas clases son una gran herramienta para nuestros hijos. Mi hijo se ha vuelto más seguro y se expresa mejor”, señaló Ana Venegas, madre de un niño de cinco años.
Los menores reciben este curso dos veces por semana durante una hora. Durante este tiempo, los niños adquieren ritmo por medio de palmas y baile, estimulan su memoria mediante las canciones, reciben clases de canto y aprenden cómo tocar un tambor, claves, maracas, triángulo y pandereta, llevando el ritmo de la música.
Además, una vez a la semana, durante una hora, los niños reciben lecciones de lectura y notación musical.
“Nos concentramos en el canto porque la voz es el instrumento que los va a acompañar siempre, pero es necesario enseñarles otros instrumentos”, dijo Yessenia Elizondo, una de las instructoras a cargo del curso.
El próximo paso del plan consiste en que los niños aprendan violín con el método Suzuki, un modelo educativo que desarrolla el talento de forma vivencial, en el que el aprendizaje se centra en el estudiante y lo que siente.
También se tratará de aumentar el número de presentaciones en público para motivar la expresividad de los menores.
Además, se desea ampliar las zonas a donde llega el programa. El proyecto comenzó con los Cinai de Santa Catalina en Pavas, Desamparados y el Invu Las Cañas en Alajuela, pero pronto se extenderá a los Cen-Cinai de Guatuso, Upala, Los Chiles, Nicoya y Puntarenas. El objetivo es que este programa llegue a todos los Cen-Cinai del país y beneficie a más de 20.000 menores.
Quienes ya llevan este curso, lo ven como un juego que les brindará herramientas para desarrollarse en un futuro.
“Me gustan las clases porque jugamos mucho. Me gusta cantar, pero lo que quiero es aprender a tocar la guitarra. La niña me dice que cuando sea más grande, voy a poder tocar la guitarra frente a un montón de gente”, dijo Montserrat Ramírez, de cuatro años.