¿Realizarse un papanicoláu solo a partir de los 21 años y no volverlas a hacer luego de los 65 años? ¿Hacerse esta prueba solo cada tres años entre los 21 y los 65?
Estas son parte de las nuevas recomendaciones lanzadas la semana anterior por los especialistas de la llamada Fuerza de Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF).
Expertos costarricenses en ginecología y oncología e investigadores nacionales en cáncer de cérvix están divididos sobre estas medidas para prevenir tumores en el cuello del útero, el segundo más común entre las costarricenses, con 300 casos nuevos por año.
El documento , publicado en la revista
“El tamizaje muy seguido o a edades muy tempranas o muy tardías puede traer daños. En estas edades son más comunes los falsos positivos, que podrían llevar a pruebas innecesarias más invasivas, como biopsias. Además, estos datos erróneos están asociados a ansiedad, depresión y preocupaciones innecesarias en las pacientes”, cita el documento.
Los primeros aseguran que, adaptando ciertas cosas a la realidad costarricense las recomendaciones estadounidenses sí pueden aplicarse.
“A los 21 años son muy comunes las lesiones que no tienen importancia y solo sirve para asustar a la gente y hacerle tratamientos innecesarios”, dijo Rolando Herrero, quien tuvo a su cargo el Proyecto Epidemiológico Guanacaste en cáncer de cérvix.
Sin embargo, para el ginecólogo y oncólogo Francisco Fúster, esta recomendación no debe aplicarse a la realidad nacional.
“Aquí una mujer debe realizarse citologías desde que empieza sus relaciones sexuales. No importa su edad. En Costa Rica hay muchos casos de cáncer en jóvenes y también hemos encontrado lesiones en mujeres mayores de 65. Ellas también pueden tener tumores en la vagina o los ovarios”, comentó.
“En mi experiencia los falsos positivos no son tan comunes. Sí existe el riesgo, pero prefiero hacer una biopsia y confirmar que no es cierto a no hacer el examen del todo y que sí haya una lesión”, añadió.
Los ginecólogos se apoyan en datos del Registro Nacional de Tumores que señalan que 56,5% de los tumores en menores de 35 años son en el cérvix. Además, en el 2005 se dieron 210 lesiones precancerosas en menores de 24 años.
Sin embargo, esta recomendación solo aplica para mujeres que no tienen alguna enfermedad del sistema inmunitario o antecedentes de cáncer de cuello de útero.Aa
Los investigadores ticos apoyan esta iniciativa si se le hacen cambios mínimos para adaptarla.
“Lo importante es asegurarse una citología de buena calidad: bien tomada, bien teñida, bien leída. Si esto es así, no habría problema en hacerlas cada tres años a quienes no tienen lesiones. Eso sí, si se ve una pequeña lesión hay que darle seguimiento más seguido”, explicó Ana Cecilia Rodríguez, investigadora del Proyecto Epidemiológico Guanacaste.
Los ginecólogos nacionales descartan esa idea por considerarla contraria a la detección temprana de lesiones. Pero, además, aclaran que en el país no es costumbre que las mujeres se hagan la prueba de detección del Virus del Papiloma Humano (VPH) debido a que el examen no lo realiza la Caja Costarricense de Seguro Social y en el mercado privado cuesta unos ¢45.000.
El ginecólogo y oncólogo Danilo Medina piensa que la citología es la única forma de eliminar lesiones antes de que se conviertan en cáncer.
“En Costa Rica no funciona lo mismo que en EE. UU. Aquí hay que hacer la prueba cada año o, lo más, dos. Si hay ticas que se hacen la prueba cada tres, cuatro o cinco años, ¿cómo será si decimos que hay que espaciarla?”, recalcó.